El autismo es una afección neurológica permanente que se manifiesta en la primera infancia, independientemente del género, la raza o la condición social y económica. El término espectro autista se refiere a una serie de particularidades.

De acuerdo con un estudio de prevalencia del autismo realizado por primera vez en la historia en México, por científicos financiados por la organización Autism Speaks (una conocida asociación estadounidense dedicada a la difusión de información y concienciación sobre este desorden del desarrollo) que se realizó en 2016, por el momento, exclusivamente en León, Guanajuato, la prevalencia de autismo en nuestro país es de 1 de cada 115 niños. Los resultados fueron publicados en el Journal of Autism and Development Disorders

Llama la atención que dicho estudio mostró que la mayoría de los niños con alguna condición ubicada dentro del espectro autista fueron detectados en escuelas regulares, sin que nunca hubieran sido siquiera diagnosticados.

El autismo se caracteriza principalmente por peculiaridades en la esfera de la interacción social y dificultades en situaciones comunicativas comunes, modos de aprendizaje atípicos, especial interés por ciertos temas, predisposición a actividades rutinarias y particularidades en el procesamiento de la información sensorial.

Un apoyo y un entorno adecuado y la aceptación de esta variación neurológica permiten a aquellos que padecen trastornos del espectro autístico disfrutar de las mismas oportunidades y participar de manera plena y eficaz en la sociedad.

El índice de autismo en todas las regiones del mundo es alto y la falta de comprensión produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y las comunidades.

La estigmatización y la discriminación asociadas a la diversidad en el ámbito neurológico siguen siendo los principales obstáculos para el diagnóstico y el tratamiento; se trata de una cuestión que deben abordar tanto los encargados de la adopción de políticas públicas de los países en desarrollo como los países donantes.

Hay algunos signos y señales que pueden alertar de posible autismo, tales como:

1.- Retiro del contacto físico con los padres u otras personas.

2.- Problemas con el contacto visual directo. 

3.- Pasividad exagerada.

4.- Retraso en el desarrollo motriz.

5.- Hiperactividad.

6.- Falta de ganas de comer.

7.- Fallas al reaccionar a la voz de los padres.

8.- Crecimiento acelerado de la circunferencia de la cabeza.

9.- Anormalidades en la comunicación con la gente.

10.- Falta de comunicación.

Fuente: Medical Science Today

 

Cabe mencionar que no por tener aparentemente algunos de estos signos, una niña o niño necesariamente tiene una condición de autismo. El niño o niña podría tener problemas de otra índole, o simplemente deberse a otras circunstancias. Lo mejor es siempre que, ante la duda, pueda ser revisado por un especialista.