El esquiador mexicano Hubertus Rudolph von Fürstenberg- von Hohenlohe- Langenburg, quien se encuentra clasificado a los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014, se presentó en la Dirección de Medicina y Ciencias Aplicadas de la CONADE para realizar su examen de antidopaje previo a la justa invernal.
“Es la primera vez que hago el antidoping aquí en México, normalmente me lo hacen en los Juegos Olímpicos, pero espero que todo salga bien. No vale la pena hacer trampas”, afirmó el deportista quien cumplirá 55 años de edad el próximo 2 de febrero.
Respecto a su decisión de representar a nuestro país, dado que también tiene la nacionalidad austriaca, señaló que “nací en México, me siento mexicano y ciudadano del mundo, hablo español, viví aquí hasta los cuatro o cinco años, después fuimos a España”.
Sobre sus inicios en la disciplina que lo ha llevado ya a cinco encuentros olímpicos de invierno, recordó que “mis padres me mandaron a escuelas en Austria y en Alemania y ahí era todo muy gris, triste y aburrido, lo único que me alegraba un poco el corazón era ver a la gente esquiar, ver las competencias”.
“Nunca pensé en competir en Juegos Olímpicos, sino en ganarles a esas montañas tan difíciles y ese tipo de carreras que me fascinaban de pequeño. Nunca me hice el planteamiento de tener tantos juegos, fue algo que solo paso”, agregó.
Opinó que su participación es trascendente, aunque no tiene aspiraciones de llegar al podio olímpico.
“Lo importante es que México esté presente. No puedo esperar grandes resultados porque hay gente que se entrena día y noche, pero haremos un papel con estilo, con dignidad y vamos a estar muy guapos”, agregó.
El examen antidoping significó su primer encuentro con Arly Velásquez, único mexicano en los Juegos Paralímpicos de Sochi.
“Estoy contento de que haya un mexicano que compita en los Paralímpicos y además sé que es muy bueno, hable con gente que lo conoce y sé que tiene un buen nivel”, afirmó.
Por último, Hohenlohe compartió con Velásquez el uniforme, al estilo mariachi, que utilizará en la justa rusa y ofreció mandar a confeccionar un uniforme para su coterráneo.
“Podemos ir uniformados los dos”, finalizó.