Ciudad de México, a 24 de febrero de 2017 (CONADE).- Es común que luego de una lesión en tobillo o rodilla, la persona lesionada sienta que no puede subir o bajar de forma adecuada unas escaleras, de igual forma sentir inseguridad para apoyarse correctamente, es por esto que uno de los puntos más importantes que se deben rehabilitar tras la primera etapa de recuperación, es el equilibrio y la buena postura de nuestro cuerpo. Para lograrlo, los fisioterapeutas utilizan una serie de ejercicios, denominados propioceptivos.

¿QUÉ ES LA PROPIOCEPCIÓN?

Es la capacidad de nuestro cuerpo para reconocer el movimiento, la posición de nuestras distintas articulaciones y el estado de relajación o tensión de nuestros músculos. Esta información, que se recolecta por receptores llamados propioceptores nos dice, por ejemplo, si una de nuestras piernas está flexionada o extendida.

Esto es vital para cualquier actividad, como subir escaleras sin tropezarse o evitar una caída. La propiocepción prepara a las articulaciones y los músculos para responder en situaciones como un resbalón repentino, en donde este corrige el desequilibrio.

Además, este método tiene un destacado papel en el deporte, no sólo para lograr un buen rendimiento sino para evitar o disminuir los riesgos de una lesión.

Luego de un percance en competencia o entrenamiento, esta capacidad disminuye, debido generalmente a los largos periodos en que debe quedar inmovilizada una articulación, por lo que es necesario reeducar a nuestro cuerpo, para recuperar la movilidad al cien por ciento.

Dulce María Pérez Flores, encargada del área de fisioterapia del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), explicó que los propioceptivos son ejercicios de equilibrio para mantener una buena postura y equilibrio, los cuales permiten que el paciente sea consciente de su espacio.

“Se recomiendan tras una lesión, ya que pasó el periodo de inflamación y cicatrización, en un trabajo diario de 15 a 20 minutos, de acuerdo a la carga de entrenamiento de cada atleta, porque es cansado”, explicó.

La especialista destacó que este periodo de readaptación es indispensable y muy importante para la rehabilitación, pero muchas veces se deja pasar, lo que a la larga traerá consecuencias en el desempeño físico.

“Se trabaja con el centro de gravedad y con todo el cuerpo, no sólo con la parte lesionada, por ejemplo si hay un pie con esguince, se trabaja todo el miembro inferior, abdomen y tronco. Son ejercicios graduales, que aumentan de dificultad, conforme evoluciona el paciente, se trabajan primero en piso y después en superficies inestables, con un pie o con los ojos cerrados.

PROPIOCEPCIÓN COMO PREVENCIÓN

La especialista resaltó que aún sin lesiones, se debe trabajar la propiocepción, ya que mejora posturas, evita caídas y ayuda a manejar de mejor manera el centro de gravedad.

Señaló que en algunas disciplinas, como la esgrima, lo desarrollan muy bien y los atletas logran mucha habilidad, pero en realidad es importante para todos los deportes.

EXTREMIDADES SUPERIORES

La fisioterapeuta explicó que también se pueden aplicar los ejercicios propioceptivos, en caso de lesión de las extremidades superiores, como un codo o muñeca, para los que se trabajan ejercicios sencillos, como las lagartijas, primero en superficie plana y después en superficies inestables.

“Es muy importante que la rehabilitación lleve el ejercicio de propiocepción y muchas veces los atletas lo dejan pasar, pero es importante como parte de su fortalecimiento y para recuperar el gesto deportivo”, concretó.

En el área de fisioterapia del CNAR, se atienden en promedio a 30 pacientes diarios, de los cuales, de 15 a 20 realizan terapia de propiocepción. Entre las disciplinas que se atienden destacan la natación, clavados, triatlón, pentatlón, atletismo, ciclismo, esgrima, lucha, entre otras, esto como parte de la preparación y mantenimiento del atleta.