Ciudad de México.- Prevenir es una acción fundamental si hablamos de conservar a la naturaleza del planeta. La 17ª Reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (COP 17 de la CITES) inició el 24 de septiembre en Johannesburgo, Sudáfrica, y concluye mañana 5 de octubre. Las propuestas de la Delegación de México para regular el comercio internacional de las palmas conocidas como Pata de elefante (Beaucarnea spp.) y de la madera de los árboles identificados como Palo de rosa (Dalbergia spp.), progresaron exitosamente. Ambos grupos se incluirán en el Apéndice II de la CITES que incluye a especies no necesariamente amenazadas de extinción, pero cuyo comercio debe controlarse para evitar que así sea.

En México y Centroamérica habitan 11 especies de las plantas Pata de elefante. Específicamente, la Palma monja (Beaucarnea recurvata) es endémica de México, utilizada como ornamental y muy cotizada por coleccionistas y viveristas. Las poblaciones silvestres de esta palma han sufrido mermas importantes por el saqueo en Veracruz y Oaxaca para su venta en países europeos y en otras regiones del mundo.

La Palma monja se distribuye en Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Oaxaca. Otras especies de Pata de elefante que también habitan en nuestro territorio, son: el Soyate barrigón y el Soyate de Tehuantepec (Oaxaca y Puebla), el Soyate de corcho (Chiapas) y la Despeinada (Campeche, Quintana Roo y Yucatán).

México, también propuso la inclusión en el Apéndice II de la CITES para el Palo de rosa, específicamente para las 13 especies de sus árboles pertenecientes al género Dalbergia con distribución en México y Centroamérica. La madera de estos árboles tropicales es sumamente valorada en los mercados internacionales, principalmente en el de China, por su belleza y durabilidad, asimismo, por sus propiedades acústicas en sustitución de las maderas de caoba y cedro, también cada vez más escazas.

Desafortunadamente, la tala ilegal del Palo de rosa en años recientes ha amenazado a sus poblaciones silvestres. Por esta razón, México puso a consideración de la COP 17 de la CITES, una propuesta para amparar la madera de todas las Dalbergias que habitan en nuestro país, misma que fue adoptada por unanimidad. Con su inclusión en el Apéndice II de la CITES, el comercio de esta madera deberá estar documentado y provenir de planes de manejo sustentables; adicionalmente, abriendo oportunidades de colaboración internacional entre países importadores y exportadores para garantizar su disponibilidad en el largo plazo.

Algunas especies de Palo de rosa que viven en México son: la Verónica (Chiapas, Tabasco y Veracruz), la Cahuirica (Chiapas, Michoacán y Oaxaca), el Palo de peine (Chiapas y Oaxaca) y el Corazón bonito (Chiapas, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz).

Tanto para las plantas Pata de elefante como para la madera de los árboles Palo de rosa que habitan en nuestro país, la propuesta de su inclusión en el Apéndice II de la CITES ha sido ya validada por la Conferencia de las Partes en su sesión Plenaria del día de hoy. Así, las medidas para detener la extracción ilegal y promover que el aprovechamiento sea sustentable, entrarán en vigor en 90 días.

La CITES es un acuerdo internacional concertado entre gobiernos. Su Misión es asegurar que el comercio internacional de especies de fauna y flora silvestres no amenace su supervivencia, sino que se realice de manera sustentable promoviendo la conservación de las poblaciones. Desde el año 2000, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) es la autoridad científica de México ante la CITES y su misión es procurar que el comercio internacional de las especies incluidas en los Apéndices CITES se regule utilizando la mejor evidencia científica, técnica y comercial disponible, a fin de asegurar su conservación y su aprovechamiento sustentable.

 

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Para más información sobre las COP17 de la CITES:

María Isabel Camarena Osorno, Especialista CITES en Flora, Conabio

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