La movilidad sustentable o ecomovilidad, es un término que en tan sólo unos pocos años, pasó de estar restringido -en la voz de especialistas y activistas en el tema, así como de tomadores de decisiones de políticas públicas al respecto-, a insertarse en el lenguaje cotidiano de ciudadanos y medios de difusión; consecuencia del impacto que la paulatina saturación a la que se enfrentan las vías de comunicación de las grandes ciudades tiene en la calidad de vida, salud y economía. No obstante, es aún pequeño el número de ciudadanos que en saben a ciencia cierta en qué consiste.
 
La movilidad es una actividad que involucra el desplazamiento de personas de un sitio a otro, ya sea a través de sus propios medios de locomoción o utilizando algún tipo de transporte. Es una actividad que responde a una necesidad de la población, pero también un derecho que debe de ejercerse con responsabilidad, debido a que a diario se producen millones de desplazamientos en las zonas urbanas a nivel mundial, lo cual, involucra el consumo de recursos naturales a gran escala y como consecuencia, la generación de contaminantes a la atmósfera.
 
Derivada de la preocupación por dichos problemas que aquejan al medioambiente y a la sociedad, consecuencia del modelo de transporte urbano basado en el coche particular -actualmente, el tráfico de vehículos automotores que utilizan combustibles fósiles es la principal fuente de contaminación en las grandes urbes, especialmente de contaminantes como los óxidos de nitrógeno y las partículas sólidas, además de ser fuente de ruido- se generó una voluntad colectiva, ansiosa por encontrar alternativas que contribuyan a mitigar los efectos negativos de dicho modelo.
 
La movilidad sustentable es un modelo de traslado saludable de bajo consumo de carbono que prioriza el elevar la calidad de vida urbana y el bienestar colectivo, así como la creación espacios públicos confortables que favorezcan la convivencia ciudadana.
 
Según la definición del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), la movilidad sustentable es aquella capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad de moverse libremente, acceder, comunicar, comercializar o establecer relaciones sin sacrificar otros valores humanos o ecológicos básicos actuales o del futuro. Es decir, supone más que conseguir reducir la contaminación que sale de los tubos de escape de los vehículos automotores.
 
La movilidad sustentable también busca proteger a los colectivos más vulnerables –peatones, ciclistas o personas con movilidad reducida–, dar valor al tiempo empleado en los desplazamientos, internalizar los costes socioeconómicos de cada medio de locomoción y/o garantizar el acceso universal de todos los ciudadanos a los lugares públicos y equipamientos en transporte público colectivo o en medios no motorizados. 

 

Fuente(s): WBCSD, PROAIRE de la Megalópolis