La dinámica de crecimiento y movilidad -debida a los flujos de habitantes en ambos sentidos entre las principales ciudades de la región y estas ciudades secundarias- que padece la ZMVM en la actualidad, ocasiona un gran impacto tanto en la calidad del aire como la manera en que sus habitantes se trasladan.

Estos flujos de población, además de ser de dos tipos, continuos y semicontinuos, se caracterizan por dos tendencias diferenciadas: una orientada hacia el desarrollo económico de la población y otra hacia el crecimiento económico de las zonas urbanas. 

Concretamente, los flujos continuos están relacionados con el traslado de personas entre los sistemas urbanos y los semicontinuos al movimiento de bienes y contribuyen de manera significativa a la motorización, al incremento de las distancias que las personas recorren para poder llegar a su trabajo, a la saturación de las vialidades y a otros procesos que se traducen en mayores emisiones de contaminantes y en el deterioro de la calidad de vida de las poblaciones. 

En este sentido, un estudio realizado por el Centro de Investigación en Geografía y Geomática “CentroGeo” para la ZMVM, muestra que los viajes que se realizan para acudir al lugar de trabajo y la búsqueda de empleo constituyen el principal factor de movilidad de personas en la región metropolitana (CESCM y Centro Geo, 2016).

Por su parte, los flujos semicontinuos tienen un comportamiento intermitente, pues están sujetos a la demanda de los bienes que son transportados en ellos. Existe en este proceso una variante importante, y es que la mayor parte del transporte de mercancías se lleva a cabo por vehículos carreteros medianos y pesados a diésel -a diferencia del traslado de personas- que se realiza sobre todo en vehículos particulares a gasolina y del transporte público, por medio de autobuses a diésel y microbuses a gas licuado de petróleo “GLP” y gasolina.

Como ambos flujos confluyen en las mismas vialidades, el resultado suele ser que las vías de comunicación se saturan, propiciando un desplazamiento poco eficiente ocasionado por una inadecuada planeación urbana y de ordenamiento territorial. 

Los estudios muestran que estos factores incrementan la emisión de contaminantes generada por el sector transporte y prevén que la situación de los contaminantes se agravará en un futuro próximo. Por ello, se requieren impulsar opciones de movilidad sustentable, en particular de un transporte público metropolitano, que eviten llegar a situaciones de inmovilidad vial a la vez que contemplen una mejora en la calidad del aire que se respira, así como en la calidad de vida de los ciudadanos.

La movilidad sustentable ha adquirido en especial espacio fundamental ante las altas tasas de contaminación en grandes ciudades donde se han tomado de diferentes medidas para reducir el uso del principal generador, el automóvil.  

Impulsar medidas sustentables en el área megalopolitana, contrapesa la alta motorización ante cifras que presenta la Ciudad de México en donde el promedio de personas por auto es de 1.2 y el parque vehicular a diario es de 5.5 millones de autos circulando con un crecimiento anual de 4%. 
 
Para afrontarlo, los gobiernos de las entidades que integran la zona megalopolitana del Valle de México, han venido impulsado desde hace varios años, la utilización de medios de transporte menos contaminantes como la bicicleta; en CDMX se han peatonalizado calles clave y se ha fomentado el transporte público con la ampliación de la Línea 5 del Metrobús, de la Línea 12 del Metro y en los próximos meses el primer proyecto que será totalmente con autobuses eléctricos. Adicionalmente, se han adoptado medidas para sancionar vehículos altamente contaminantes y la sustitución con autobuses de bajas emisiones de microbuses y chimecos. Por otra parte, también se fomenta entre los ciudadanos el uso responsable del auto y la multimodalidad para cumplir con los trayectos que realizan a diario, utilizando Metro, Metrobús o cualquier otro sistema que satisfaga sus necesidades y viajes.

Asimismo, a fin de preparar la ruta de política pública que lleve a la Megalópolis al desarrollo de sistemas de movilidad alternativos a vehículos de combustión interna, CAMe y SEMARNAT han trabajado conjuntamente 6 ejes con funcionarios del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de la República Federal de Alemania -dos de los países a la vanguardia de este tema- de la mano de la sociedad civil, institutos de investigación, empresas de consultoría y expertos en el tema; con la presencia de representantes de la industria automotriz e infraestructura eléctrica de Alemania, China, Reino Unido, Suecia y México; así como con representantes de los organismos multilaterales de cooperación y financiamiento: Banco Mundial (BM), ONU Medio Ambiente y Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) con el objetivo conocer y analizar de manera conjunta los avances nacionales e internacionales que existen en la actualidad sobre vehículos eléctricos; así como las necesidades de infraestructura y de inserción en los sistemas de movilidad sustentable que requieren, a fin de que la electromovilidad se convierta en parte del modo de vida de los habitantes de la megalópolis de la ZMVM. Los ejes son:

  1. Mapa de ruta para estrategia nacional/megalopolitano de bajas emisiones en el transporte de pasajeros, a fin de alinear las contribuciones previstas y determinadas, los objetivos de desarrollo sustentable y el programa de transición energética con los alcances que una política de electromovilidad debe tener.
  2. Tecnologías de vehículos, operación y esquemas de uso compartido, para analizar las tendencias de la industria y sus implicaciones en la infraestructura y operación de esos vehículos.
  3. Infraestructura para vehículos eléctricos, con el objeto de identificar las necesidades de abastecimiento para cada tipo de vehículo, así como su relación con esquemas de generación de energía limpia.
  4. Estructuración de negocio y financiamiento verde, en un esfuerzo para acercar la realidad de los operadores de los servicios de transporte público con las necesidades financieras de estas nuevas tecnologías; así como con los fondos existentes de cambio climático.
  5. Electromovilidad en el contexto del transporte y la electromovilidad, con el objeto de aprender cómo insertar los vehículos eléctricos en esquemas de diseño urbano sustentable orientado al transporte público que nos brindan otros beneficios como seguridad vial, accesibilidad peatonal y ciclista, reducción del tráfico y calidad en los servicios.
  6. Política pública para la electromovilidad, con la intención de tener un diálogo fructífero entre autoridades locales y federales e identificar los incentivos y mecanismos que hace sentido adoptar en estas jurisdicciones, para perfilar la política de electromovilidad buscada.

 

Fuente(s): CESCM y Centro Geo, PROAIRE de la Megalópolis, CAMe