El uso y delimitación de cuencas atmosféricas como unidades sobre territorios permite una mejor gestión de la calidad del aire. 

Al igual que en la hidrología, las cuencas atmosféricas, son espacios geográficos total o parcialmente delimitados por ambientes topográficos y otras condiciones semejantes como las meteorológicas y climáticas. Adicionalmente, residen en ellas, fuentes antropogénicas que influyen en su interior y que resultan en partes en donde la atmósfera se comporta de manera peculiar en cuanto a la dispersión de contaminantes.

El transporte entre cuencas y la calidad del aire -que han sido objeto de estudio durante varias décadas- persiguen como fin el bienestar de la población, por lo que paralelamente se han desarrollado diferentes modelos para comprender mejor la distribución y concentración de contaminantes. 

En el territorio que abarca la Megalópolis, convergen 11 cuencas atmosféricas que determinan la circulación de los vientos, el transporte de contaminantes y su impacto sobre la población de las zonas metropolitanas, que son:

  1. Cuautla
  2. Cuernavaca
  3. Pachuca
  4. Puebla
  5. San Juan del Río 
  6. Tequisquiapan
  7. Tlaxcala
  8. Toluca
  9. Tula
  10. Tulancingo
  11. Valle de México

Los modelos de dispersión más avanzados usan ecuaciones de transporte y transformación de los contaminantes partiendo de consideraciones de tipo físico, químico y meteorológico, bajo las cuales se puede normar la calidad del aire.

Sin embargo, el monitoreo de la calidad del aire requiere con frecuencia de la delimitación de cuencas atmosféricas en donde ubicar las estaciones de monitoreo y gestionar los niveles de emisiones de contaminantes.

 

Fuente: Geomática de la CAMe