¿Qué hacemos?

¿Quiénes somos?

Somos el Órgano Desconcentrado de la Secretaría de Salud encargado de establecer políticas y estrategias en materia de sangre, así como del seguimiento de la operación del Sistema Nacional de Sangre. Nuestras facultades se encuentran descritas en el Art. 42 del Reglamento Interior de la Secretaría de Salud.

Nuestra misión:

Consolidar y mantener un Sistema Nacional que permita la disponibilidad, accesibilidad, calidad y seguridad de la sangre, componentes sanguíneos y células progenitoras y troncales con fines terapéuticos, de acuerdo a un marco jurídico, políticas y estrategias operativas eficaces, con la finalidad de proteger la salud de los donantes y de los receptores.

Nuestra visión:

Ser el órgano rector especializado que establece las políticas y estrategias que garantizan que el uso terapéutico de la sangre, componentes sanguíneos y células troncales es seguro, inocuo, se realiza conforme a los más altos parámetros de calidad nacional e internacionales, logrando que su disponibilidad sea constante, oportuna, acorde a lo dispuesto en un marco jurídico actualizado, fundamentado en los avances científicos y tecnológicos, así como, en las necesidades del país.

Nuestros objetivos:

Nuestros objetivos se encuentran descritos en el Programa de Acción Específico de Acceso universal a sangre, hemocomponentes y células troncales hematopoyéticos seguros 2020-2024, alineados al Plan Nacional de Desarrollo y al Programa Sectorial de Salud.

Nuestro objetivo principal es:

Establecer la política nacional en materia de autosuficiencia, calidad y seguridad de la sangre, componentes sanguíneos y células troncales para garantizar el acceso universal, seguro y equitativo bajo los principios de participación social, competencia técnica, calidad de la atención médica, pertinencia cultural y trato no discriminatorio.

Nuestros objetivos específicos prioritarios son:

  1. Incrementar la seguridad sanguínea
  2. Garantizar el acceso universal a la sangre
  3. Evaluar la calidad y capacidad técnica
  4. Actualizar las políticas y estrategias que garanticen el adecuado uso terapéutico de la sangre y células progenitoras.

 

Nuestra Historia:

El primer antecedente de la política pública en materia de transfusión sanguínea se ubica en 1974, con la operación del Programa Nacional de Donación Altruista de Sangre, con la participación de instituciones nacionales de salud, como la Secretaría de Salubridad y Asistencia, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y la Cruz Roja.

En 1984, con la aparición de los primeros casos de infección por el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) en el país, las autoridades sanitarias implementaron estrategias de control en el manejo de la sangre y sus componentes, las cuales quedaron establecidas en la Ley General de Salud, en la que se señaló que la extracción y conservación de la sangre y su Salud para toda la población

En enero de 1988 se crea el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, como órgano administrativo desconcentrado por función jerárquicamente subordinado a la Secretaria de Salud, que tendrá por objeto desarrollar e impulsar las investigaciones, formar los recursos humanos en el campo de la trasfusión sanguínea, así como realizar las funciones de control y vigilancia sanitaria en actos de disposición de sangre y sus componentes, conforme a la Ley General de Salud y a las demás disposiciones aplicables en la materia.

A partir de 1988, el Gobierno Federal, a fin de expandir los servicios de salud en todo el país, instrumentó la estrategia de descentralización, y es así como, en materia de transfusión sanguínea, se inició la instalación de 31 Centros Estatales de la Transfusión Sanguínea (CETS), que tenían como propósito el control sanitario de la disposición de sangre humana. Con el propósito de gestionar las acciones en materia sanguínea en el ámbito nacional, y de garantizar la calidad de la disposición de sangre y sus derivados, en 1989 se desarrolló el primer Programa Nacional de Control de Calidad del Manejo de la Sangre y Hemoderivados; y en 1994 se publicó la Norma Oficial Mexicana NOM-003-SSA2-1993 “Para la Disposición de Sangre Humana y sus Componentes con Fines Terapéuticos”, con el objetivo de uniformar las actividades, criterios, estrategias y técnicas operativas del Sistema Nacional de Salud, en relación con la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos, en la cual se norman el manejo, selección, recolección, análisis, custodia, transporte y transfusión de sangre y sus componentes.

En una nueva modernización administrativa, en el año de 2003, se determinó que el CNTS debería fungir como un ente organizador y regulador de los servicios de sangre, con funciones rectoras en la calificación biológica, reservando la tarea de vigilancia sanitaria a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.

En 2012, el CNTS reconoció que persistían riesgos en la seguridad sanguínea, ya que no se había logrado incrementar la donación voluntaria y altruista de sangre en el país y que los Centros Estatales de la Transfusión Sanguínea requerían ser fortalecidos por los gobiernos locales, con el objetivo de prestar un servicio oportuno, seguro y de calidad; en ese mismo año, se emitió una nueva Norma Oficial Mexicana, la NOM-253-SSA1-2012 “Para la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos”, con la cual se buscó tener un efecto positivo en la confianza de la población en cuanto a la donación de sangre y componentes sanguíneos después de varios años de no contar con una Norma actualizada en la materia.

Teniendo como referente el principio dispuesto en el Plan Nacional de Desarrollo: “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera”, el Programa de Acción Especifico de Acceso universal a sangre, hemocomponentes y células troncales hematopoyéticos seguros 2020-2024, se estructura a partir de la visión de que es prioritario mejorar la calidad de los servicios de sangre y de los establecimientos que realizan disposición de células troncales, para lo cual, se plantea la gestión de la participación y el compromiso de todos los sectores, así como de establecer alianzas estratégicas en el nivel nacional e internacional, que propicien el intercambio científico, técnico y normativo.