Las peluconas deben su nombre a la gran peluca con que aparecen, siguiendo el estilo francés de la época, las efigies de Felipe V, Fernando VI y, ocasionalmente, Carlos III. Como expresión del absolutismo, el anverso de estas monedas muestran las figuras de los monarcas, desplazando el grabado de los escudos a la parte posterior o reverso de la pieza. 

Acuñadas únicamente en oro entre 1732 y 1759, sus contemporáneas de las columnarias y antecedente de las conocidas como de busto, las cuales estaban elaboradas fundamentalmente de plata y se empezaron a acuñar en 1772, cuando ya no se usaban las pelucas. 

A la par con la moda de dicha época y su origen francés el rey Felipe V aparecía en las monedas de ocho Reales de oro de perfil portando una gran peluca, de ahí que la gente comenzará a llamar peluconas a estas piezas.

¿Eso que tiene que ver con advertir a alguien que “no le vayan a despelucar”? Justamente al ser una moneda tan valiosa, según algunos se asoció con perder el dinero o valor que se podía tener.

Si bien es una teoría del origen de esta frase, nos pone a pensar acerca del efecto de las monedas en nuestra cultura y lenguaje… ¿te cae el veinte?

Sergio Casanueva

Felipe V 4 escudos México  1732 . Ensayador F. oro

 

Referencia

Galería Numismática, Museo Numismático Nacional. 

 

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