Para la estrecha vigilancia de las manifestaciones del volcán, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana por conducto del Cenapred y con apoyo de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM), mantiene una red instrumental que consta de ocho estaciones sísmicas, cinco estaciones con Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de medición continúa que sirven para detectar deformaciones en la estructura del volcán, así como cuatro cámaras que observan desde todos los flancos, las emisiones que produce el Popocatépetl desde su cráter.
Los datos de estos dispositivos de monitoreo son procesados y analizados por especialistas del Cenapred, los cuales permiten identificar cambios en el comportamiento del volcán en todo momento.
Resumen de la actividad durante el mes de noviembre de 2024
En términos generales, durante noviembre disminuyó el registro de tremor; sin embargo, en el transcurso de los primeros cinco días del mes, ocurrieron episodios de tremor de alta frecuencia y baja amplitud con duraciones de más de 1000 minutos, acompañados por la emisión de vapor de agua, otros gases volcánicos, ceniza y en ocasiones fragmentos balísticos que cayeron a corta distancia del cráter. Producto de esta actividad, se recibieron reportes de caída de ceniza en algunos municipios aledaños al volcán.
Exhalación el 1 de noviembre de 2024
Asimismo, en este mes sólo se detectaron dos sismos volcanotectónicos y al inicio del mes una explosión menor.
Debido a la intensa nubosidad se obtuvieron únicamente tres imágenes satelitales del cráter, en las que persiste la detección de anomalías térmicas, mismas que se han observado a lo largo del año.
La actividad detectada al inicio de este mes fue similar a la de finales de octubre, lo que posiblemente indica que el régimen de conducto abierto prevaleció durante esos días.
Explosión menor el 3 de noviembre de 2024
Pronóstico
En general, durante noviembre se detectó un decremento en la actividad; sin embargo, en los primeros días del mes se registró tremor de alta frecuencia de manera casi continua y de baja amplitud, asociado con la emisión de ceniza, así como una explosión menor. En función de lo anterior y de los diversos parámetros cuantificados y analizados podría considerarse que esta actividad se produjo bajo un régimen de conducto abierto y de carácter estable. Asimismo, puede considerarse que el escenario más probable para los próximos días o semanas, puede consistir en la detección de episodios de tremor armónico y de alta frecuencia similares a lo observado con anterioridad, con amplitud variable, secuencias de LP (sucesión continua de exhalaciones) de baja a media amplitud, esporádicas explosiones de tamaño menor a moderado, así como emisiones de ceniza posiblemente acompañadas por la expulsión de fragmentos incandescentes que no rebasen el radio de exclusión de 12 kilómetros (km). Del mismo modo pueden detectarse algunas anomalías térmicas en el interior del cráter, semejantes a las ya reportadas.
Como ha sido observado en varias ocasiones, la condición actual de actividad del volcán puede cambiar en cualquier momento por lo que el monitoreo y la vigilancia del volcán se mantiene permanente las 24 horas, los 365 día del año.
Por otro lado, un escenario probable a mediano y largo plazo, es que continúe el actual proceso eruptivo, iniciado en 1994, sin que supere los episodios más relevantes observados en junio de 1997, diciembre de 2000, enero de 2001 y los ocurridos en el periodo de 2012 a 2013.