Para la estrecha vigilancia de las manifestaciones del volcán, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana por conducto del Cenapred y con apoyo de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM), mantiene una red instrumental que consta de ocho estaciones sísmicas, cinco estaciones con Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de medición continua que sirven para detectar deformaciones en la estructura del volcán, así como cuatro cámaras que observan desde todos los flancos, las emisiones que produce el Popocatépetl desde su cráter.

Los datos de estos dispositivos de monitoreo son procesados y analizados por especialistas del Cenapred, los cuales permiten identificar cambios en el comportamiento del volcán en todo momento.

Resumen de la actividad durante febrero de 2025

Respecto a enero, los parámetros sísmicos presentaron una disminución, principalmente el registro de tremor y eventos de periodo largo. Sin embargo, aumentaron los eventos volcanotectónicos.

Se obtuvieron cuatro imágenes satelitales del cráter, en las que se observó que persiste la detección de anomalías térmicas.

Este mes se realizó una campaña de monitoreo hidrogeoquímico alrededor del edificio volcánico. El análisis de las muestras fue realizado por el Laboratorio de Muestras Ambientales del Cenapred, donde reportó que respecto al análisis previo de octubre de 2024, no hay cambios sustanciales.

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Monitoreo hidrogeoquímico realizado en febrero de 2025

En términos generales, en febrero se observó un decremento en la actividad respecto al mes pasado, caracterizado por el descenso en el registro de tremor y los eventos de periodo largo, así como el de las emisiones de ceniza. En contraste, se incrementó el número de eventos volcanotectónicos. Dadas las características de la actividad en las últimas semanas, y tomando como base los diversos parámetros cuantificados y analizados, podría considerarse que las manifestaciones volcánicas continúan produciéndose bajo un régimen de conducto abierto, manteniendo estabilidad en general. En función de lo anterior, el escenario más probable es que en los próximos días o semanas, no se observe un cambio notable con respecto a los meses anteriores, pudiendo consistir en la ocurrencia de episodios de tremor armónico y de alta frecuencia, con amplitud variable, similares a los observados en diversas ocasiones, secuencias de eventos LP de baja a media amplitud, esporádicas explosiones y exhalaciones de tamaño menor a moderado, con emisiones de ceniza, posiblemente acompañadas por la expulsión de balísticos que no rebasen el radio de exclusión de 12 kilómetros, así como la detección de algunas anomalías térmicas en el interior del cráter, semejantes a las reportadas.

La condición actual de actividad del volcán puede cambiar en cualquier momento, por lo que el monitoreo y la vigilancia se mantiene las 24 horas, los 365 días del año.

Por otro lado, un escenario probable, a mediano y largo plazo, es que continúe el actual proceso eruptivo, iniciado en 1994, sin que supere los episodios más relevantes observados en junio de 1997, diciembre de 2000, enero de 2001 y los ocurridos en el periodo 2012 a 2013.