Para la estrecha vigilancia de las manifestaciones del volcán, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana por conducto del Cenapred y con apoyo de la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM), mantiene una red instrumental que consta de ocho estaciones sísmicas, cinco estaciones con Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de medición continúa que sirven para detectar deformaciones en la estructura del volcán, así como cuatro cámaras que observan desde todos los flancos, las emisiones que produce el Popocatépetl desde su cráter.
Los datos de estos dispositivos de monitoreo son procesados y analizados por especialistas del Cenapred, los cuales permiten identificar cambios en el comportamiento del volcán en todo momento.
Resumen de la actividad durante el mes de diciembre de 2024
Respecto a noviembre, en este mes se incrementó el registro de tremor, del 16 al 20 de diciembre fue el periodo de mayor detección. Esta señal estuvo acompañada generalmente de la emisión de vapor de agua y algunos otros gases volcánicos y bajas cantidades de ceniza. Derivado de lo anterior, se recibieron reportes de caída de ceniza en algunos municipios aledaños al volcán. También aumentó el número de exhalaciones. Después de varias semanas de baja actividad volcanotectónica, en la segunda quincena se detectaron ocho sismos.
En el mes sólo se obtuvieron tres imágenes satelitales del cráter, en las que persiste la detección de anomalías térmicas.
Emisión de ceniza del 11 de diciembre de 2024
El 12 de diciembre, personal de la Dirección General de Protección Civil (DGPC) realizó un sobrevuelo con Vehículo Aéreo No Tripulado (VANT) sobre el cráter del Popocatépetl, las imágenes obtenidas fueron compartidas a este Centro Nacional.
En el interior del cráter se observa que, dada la poca consolidación de los materiales derivados del actual proceso eruptivo, así como la pendiente de sus paredes, posiblemente se ha producido una serie de derrumbes en el cráter interior.
En el fondo del cráter interior, gracias a la imagen térmica, es posible apreciar una zona de alta temperatura (color amarillo claro) con un diámetro aproximado entre 50 y 60 metros, posiblemente asociada al emplazamiento incipiente de un pequeño cuerpo de lava.
Imágenes térmicas y del sobrevuelo al cráter del 12 de diciembre de 2024
Pronóstico
En general, se observó un ligero aumento en la actividad con respecto a noviembre, sin sobrepasar el nivel más alto observado durante 2024 y que ocurrió en el primer trimestre del año. Dadas las características de la actividad en las últimas semanas, y tomando como base los diversos parámetros cuantificados y analizados, podría considerarse que las manifestaciones volcánicas se producen bajo un régimen de conducto abierto, manteniendo estabilidad en general. En función de lo anterior, el escenario más probable para los próximos días o semanas, puede consistir en la detección de episodios de tremor armónico y de alta frecuencia con amplitud variable, similares a los observados anteriormente. Secuencias de eventos LP de baja a media amplitud, esporádicas explosiones y exhalaciones de tamaño menor a moderado, con emisiones de ceniza, posiblemente acompañadas por la expulsión de balísticos que no rebasen el radio de exclusión de 12 kilómetros, así como la detección de algunas anomalías térmicas en el interior del cráter, semejantes a las ya reportadas.
La condición actual del volcán puede cambiar en cualquier momento, por lo que el monitoreo y la vigilancia se mantiene permanente las 24 horas, los 365 día del año.
Por otro lado, un escenario probable a mediano y largo plazo, es que continúe el actual proceso eruptivo, iniciado en 1994, sin que supere los episodios más relevantes observados en junio de 1997, diciembre de 2000, enero de 2001 y los ocurridos en el periodo 2012 a 2013.