• El espacio denominado “triángulo de vida”, espacio que se forma entre el mobiliario, los muros y las losas de una edificación después de colapsarse totalmente ante la incidencia de un sismo, es un concepto razonable por sentido común, por lo que se puede considerar de utilidad para establecerlo como parte de un procedimiento de respuesta y resguardo.
  • Es importante especificar, por ejemplo, que el mobiliario (sofás, escritorios o camas) deberá tener una base de madera o metal suficientemente rígida y resistente.
  • Dado que no se puede generalizar, como medida preventiva y como un lineamiento normativo del Programa Interno de Protección Civil, se debe recurrir a un ingeniero civil o arquitecto que realice un análisis de riesgos, así como identificar los lugares más seguros dentro de un inmueble en función de las características estructurales, no estructurales e instalaciones.
  • Al inicio de un sismo, es recomendable replegarse hacia una zona de seguridad interna, como lo indican los lineamientos de Protección Civil. Finalmente, desde el punto de vista de la ingeniería estructural aplicada a la protección civil, no es adecuado utilizar escaleras durante el sismo.