Turquía y México, aunque distantes,  se encuentran en zonas altamente sísmicas. El pasado 6 de febrero la región de la frontera entre ese país y Siria sufrió dos sismos de gran magnitud que tuvieron consecuencias desastrosas. Las pérdidas humanas superan las decenas de miles, en su gran mayoría, causadas por el colapso de edificaciones.

La geología de las fallas en la región afectada es muy compleja debido a que interactúan cinco placas tectónicas (ver figura 1). Una de las más importantes es la zona este de la falla de Anatolia, donde no se habían presentado grandes sismos en los últimos 120 años, lo que hacía pensar en una acumulación de energía que, de acuerdo con especialistas, podría generar un sismo de gran magnitud. Los sismos pasados se originaron en esta zona.

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Figura 1: Principales estructuras tectónicas en la zona de Turquía y Siria

Históricamente los sismos revelan aciertos y errores de la industria de la construcción en todo el mundo, y la forma en que autoridades y profesionales de la ingeniería tratan de entender y enfrentar la amenaza sísmica.

Turquía como México, cuenta desde hace décadas con redes de instrumentos sísmicos en su territorio, lo que permite entender cómo los movimientos del suelo afectan las edificaciones y con esto mejorar la reglamentación para construirlas de manera resistente a un costo razonable.

A partir de la información preliminar registrada se conoce que, independientemente de la magnitud, las aceleraciones del suelo en algunas zonas fueron de hasta dos veces mayor que la ejercida por la gravedad; de las más grandes que se han registrado en sismos recientes en todo el mundo.

Aunque los sismos son fenómenos complejos cuyo potencial destructivo no se puede explicar con un sólo parámetro, las aceleraciones del suelo son consideradas para calcular las fuerzas sísmicas que inciden en las estructuras, y con ello diseñar edificaciones provistas de la resistencia y rigidez necesaria, sin que lleguen al colapso.

Desde 1975 los reglamentos de diseño sísmico en Turquía se han actualizado. La versión más reciente, de 2018, incluye requisitos para hacer frente a sismos muy fuertes que van en consistencia con los estándares internacionales. Sin embargo, es claro que los movimientos del suelo superaron los escenarios de diseño previstos, por lo que no resulta extraño el daño observado, no así los colapsos generalizados, incluso en una gran cantidad de inmuebles de reciente construcción.

Las experiencias de desastres símicos en el mundo han demostrado que una de las herramientas más eficaces para mitigar los daños es la vigencia de reglamentos y normas de construcción, así como los mecanismos institucionales que aseguren su correcta aplicación por parte de la industria y la población.

Lamentablemente se ha documentado que muchas edificaciones en el país hermano de Turquía no cumplían con características de sismorresistencia o tenían deficiencias constructivas, en otros casos, formas o configuraciones indeseables, lo que aparentemente las hizo muy vulnerables. De las configuraciones más representativas de patologías vulnerables observadas en las edificaciones colapsadas son:

  • Planta baja débil, llamada así debido a la ausencia de muros suficientes en el primer nivel (generalmente) en relación con los niveles superiores (ver figura 2).
  • Losa plana, en donde la estructura de la edificación se compone básicamente por losas y columnas, careciendo de vigas o trabes (ver figura 3).

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Figura 2: Ejemplo de planta baja débil

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Figura 3: Ejemplo de solución estructural inapropiada para regiones de alta sismicidad (losas planas aligeradas y sin vigas)

La construcción en general, es resultado de un proceso cuyas diferentes etapas requieren rigor en su cumplimiento. Sobre todo, de conocimiento respaldado por investigación que ha sido plasmada en leyes, reglamentos y normas; la omisión en su observancia puede traer graves consecuencias.

El sismo de hace un mes, así como el sufrido en 2017 en México, motiva a la reflexión y nos recuerda que debemos aprender de estas experiencias, con miras  a que los eventos sísmicos no sigan convirtiéndose en desastres.

Para aportar a la discusión, el Centro Nacional de Prevención de Desastres realizará el próximo 21 de marzo un foro de lecciones y reflexiones, donde especialistas analizarán lo ocurrido en Turquía, visto desde el aspecto técnico, social y de atención a la emergencia. Espera la convocatoria.

Referencias
Evangelia Garini and George Gazetas (2023) “The 2 earthquakes of February 6th 2023 in Turkey” NTUA, Greece.
SMIS (2023) “Reporte preliminar de daños, Sismos de Turquía del 6 de febrero de 2023”, Publicación virtual, Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica AC., 105 pp.

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