El volcán Popocatépetl es el segundo más alto de nuestro país con 5 mil 426 metros sobre el nivel del mar y está ubicado en los límites del Estado de México y Puebla. A lo largo de su historia ha presentado importantes erupciones con un alto grado de explosividad, incluso ha registrado fases de intensa actividad con duración de varios lustros.

A finales de 1993 presentó un incremento notable en la emisión de vapor y gases, lo que desencadenó el 21 de diciembre de 1994 una serie de explosiones y una densa nube de ceniza que alarmó a toda la población de los alrededores, dando así inicio al actual episodio eruptivo.

El 30 de abril de 1996 se suscitaron dos grandes explosiones que provocaron la muerte de cinco montañistas que se encontraban en la parte alta del volcán. Desde entonces su actividad se ha caracterizado principalmente por la formación de domos de diferentes tamaños y su consecuente destrucción a través de eventos explosivos.

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La formación de un domo en el cráter provoca que al interior del volcán se empiece a acumular presión, pues impide la liberación de gases. Cuando se concentra demasiada presión los expulsa violentamente junto con grandes cantidades de material incandescente de distintas dimensiones: desde muy finos como la ceniza, hasta enormes del tamaño de un automóvil; por lo que resultan sumamente peligrosos.

Esta actividad de destrucción no siempre tiene precursores que puedan indicar su ocurrencia en un tiempo determinado, en muchas ocasiones ocurren inesperadamente. Aun en el caso de presentar precursores, no es posible conocer la hora en que ocurrirá un evento explosivo. Es importante que sepas que aun cuando haya días que muestre una aparente calma, por dentro sigue activo.

También hay otro tipo de fenómenos que pueden presentarse durante una erupción y que son letales, como son los flujos piroclásticos, lahares y la emisión de gases, que se pueden generar sin previo aviso; como los ocurridos el 30 junio de 1997 y el 22 de enero de 2001.

De acuerdo con el mapa de peligros, elaborado con base en los vestigios de erupciones pasadas y el monitoreo al volcán por más de 28 años de actividad reciente, se ha determinado que la zona más peligrosa está dentro de los primeros 12 kilómetros (km) a partir del cráter.

Dentro de ese radio de exclusión de 12 km han ocurrido las siguientes manifestaciones volcánicas durante las erupciones de distintas magnitudes, desde las pequeñas hasta las más grandes.

  • Balísticos: son fragmentos de roca de diversos tamaños expulsados a altas temperaturas durante las explosiones, con velocidades de impacto de 300 a 500 km/hora. Son extremadamente mortales.
  • Flujos y oleadas piroclásticas: son mezclas turbulentas de material volcánico y gas que se deslizan por las laderas a velocidades de 100 a 400 km/h y a temperaturas que rondan los  700°C. Todo lo destruyen a su paso.
  • Lahares: son corrientes de lodo, escombros y agua (lluvia, deshielo o arroyos) que descienden por las laderas del volcán incorporando el material que encuentran a su paso, con velocidades desde 3 hasta más de 30 metros/segundo. Destruyen todo a su paso y pueden ocurrir aún sin erupción.
  • Avalanchas: son grandes volúmenes de roca de hasta 10 km3  que caen con velocidades de alrededor de 100 km/h, se producen por el colapso y desprendimiento de una parte del edificio volcánico. Destruyen y sepultan todo a su paso.
  • Lavas: son masas de roca fundida con temperaturas de 800 a 1200°C, que forman domos en el cráter y pueden descender lentamente por las laderas del volcán a 2 km/h. Destruyen todo a su paso.
  • Cenizas: son partículas de roca y cristales menores a 2 milímetros de grosor que se generan durante las erupciones. La ceniza recién expulsada comúnmente tiene un revestimiento de componentes que la pueden hacer corrosiva; está envuelta en gases volcánicos y aerosoles que pueden estar compuestos de gotas de ácido sulfúrico y clorhídrico, fluoruros y metales pesados, que resultan dañinos para la salud.

Lo anterior nos muestra que el Popocatépetl es un volcán activo y muy peligroso. El radio de exclusión de 12 km tiene como finalidad preservar la vida de las personas, alejándolas de la zona donde se ha comprobado que la actividad puede ser letal.

No intentes acercarte al cráter, ni rebases el radio de 12 km porque pones en peligro tu vida. Cualquier iniciativa de organizaciones o individuos que con fines aparentemente deportivos o recreativos llamen a rebasar los límites de seguridad, puede tener consecuencias legales ya que exponen la vida de personas que ingresan a una zona de alta peligrosidad. Estas actividades no constituyen una hazaña deportiva ni un mérito personal, son un acto irresponsable que pone en riesgo tu vida y la de rescatistas que brindan ayuda humanitaria ante cualquier emergencia.

Los accesos al volcán están cerrados al público desde 1994 y su actividad se monitorea permanentemente para mantener informada a la población y alertar en caso de ser necesario. Con fundamento en los artículos 55 y 56 del Reglamento Interior de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en relación con lo dispuesto por los artículos 23 y 73 de la Ley General de Protección Civil, cualquier intento de ingreso a la zona restringida, evento o actividad que llame a rebasar el radio de exclusión será reportado a las autoridades competentes a fin de que sea sancionado conforme a las leyes aplicables.