Este año el tema principal es la gobernanza, este concepto significa una forma de gobernar fundamentada en la participación coordinada de redes con diferentes actores (academia, sociedad, sector privado, organizaciones civiles) para alcanzar objetivos definidos colectivamente. Y obtener como resultado la eficacia en la intervención del Estado.
En este tema en particular, tiene como objetivo principal identificar oportunidades de incidencia que reduzcan el número de personas que resultan afectadas por los desastres; especialmente en términos de mortandad, desplazamiento, pérdida de patrimonio y afectación de sus medios de vida.
Asimismo, este día busca renovar el compromiso de la implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, este se trata de una declaración hecha por parte de los países miembros de las Naciones Unidas sobre la importancia de reducir el riesgo existente, evitar la generación de nuevos y aumentar la resiliencia para poder enfrentar la adversidad. Contempla siete metas y hace hincapié en la responsabilidad compartida entre diferentes sectores y niveles de actuación bajo una coordinación.
En 2016, el Secretario General de las Naciones Unidas lanzó la campaña Sendai Siete para promover las metas del Marco de Sendai. El objetivo correspondiente al año 2020 es la Meta E que se enfoca en incrementar de manera sustancial el número de países que cuentan con estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de desastres.
Uno de los factores más importantes en la Gestión Integral del Riesgo de Desastres (GIRD) es la buena gobernanza, esta debe seguir en la construcción de un desarrollo económico, social e institucional en el que exista un equilibrio entre Estado, sociedad civil e iniciativa privada. Resulta imperativo actualizar las políticas públicas y diseñar estrategias de reducción del riesgo desde un enfoque multifactorial, en las que se incluyan la protección del medio ambiente, la planificación territorial, el uso eficiente del suelo, la reducción de la pobreza, el acceso a la educación y la adaptación al cambio climático; entre otros aspectos.
Es de vital importancia involucrar a todos los sectores de la sociedad considerando sus necesidades y haciéndola partícipe de las decisiones y responsabilidades que tiene en la protección de su vida ante la presencia de fenómenos naturales y de origen humano que puedan representar un riesgo potencial. Un ejemplo es Arise (Alianza del Sector Privado para Sociedades Resilientes ante Desastres), la red nacional del sector privado liderada por la Agencia de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, cuyos miembros se han comprometido voluntariamente a alinearse con el Marco de Sendai.
México ha realizado avances significativos en el camino hacia una gestión integral para hacer frente a eventos importantes de diferente naturaleza que representan un riesgo. El avance en las políticas públicas; la creación, adquisición y actualización de tecnología con fines de prevención; la promoción de la participación activa de la sociedad en labores de preparación y autoprotección; la difusión de la cultura de la prevención; y el esfuerzo coordinado con organismos internacionales, públicos y privados, son algunos de los elementos que el Estado, en su papel rector, ha desempeñado progresivamente desde 1986, cuando se estableció el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).
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