La interacción que existe entre estos elementos es tal, que la evaluación de la conformidad y por lo tanto las normas y los estándares, dependen de las mediciones, es decir de la metrología.

La Metrología

Inicialmente la metrología resolvería el problema de justicia en el intercambio de bienes ya que tanto el que vendía como el que compraba tenían referencias de masa y longitud diferentes lo cual motivó al establecimiento de una referencia única, tanto de longitud como de masa. En las últimas décadas del siglo XIX la revolución industrial trajo consigo un cambio y panorama completamente diferente que, los primeros centros de metrología del mundo comenzaron a surgir, PTR en Alemania en 1887, NPL en el Reino Unido en 1900 y NIST en los EE.UU. de Norteamérica en 1901, mismos que tuvieron como tarea no solo el establecer las referencias de medición de masa y longitud para el comercio, sino también se dieron a la tarea de establecer referencias que permitieran medir la calidad de los productos que dichos países comenzaban a producir. Productos que tenían que ver con la generación de energía eléctrica y la transportación principalmente.

La metrología, entonces se desarrolló como un campo tecnológico que soportaba el desarrollo industrial de los países. El 20 de mayo de 1875, como resultado del desarrollo científico de ese momento, se firmó un tratado internacional por 17 países que atendieron la convocatoria para unificar la definición de las unidades de masa y longitud, este tratado se conoce como Tratado del Metro. Por su parte, México, por iniciativa de un grupo de ingenieros visionarios participó a nivel internacional de los beneficios de la metrología a partir de su adhesión al Tratado del Metro en 1895.

De esta manera, cuando aparecen las normas, tanto para el beneficio de los ciudadanos, llamadas Normas Oficiales Mexicanas[1], como para la calidad de los productos, llamadas estándares[2], la metrología que se requería para verificar el cumplimento de dichas normas ya existía.

Las mediciones para ser confiables deben estar referidas al valor de un patrón. Este patrón o referencia de medición debe ser único para un país de tal manera que, tanto el que compra y vende tengan la misma referencia cuando se trate de masa, de color, de corriente eléctrica, de intensidad de ruido, o toda aquella especificación esperada, para evitar conflictos.

El establecimiento del valor de un patrón se convierte entonces, para un país, en una oportunidad de desarrollo tecnológico para su soberanía. Es decir un país define de manera independiente cuanto es un litro o cuanto es un kilogramo. Sin embargo, se compara con otros países ese valor establecido y se llegan a acuerdos para aceptar diferencias que se espera sean mínimas y no superen límites ya acordados.

Además, la producción industrial de un país demuestra que es de calidad si cumple o mejora lo especificado para los productos, que pueden incluir las dimensiones, el color, la emisión de ruido, la intensidad de radiación electromagnética, el contenido de sustancia, la composición química, etc. ¿Cómo saber si se cumplen o no las especificaciones? Solo con mediciones.

Normalización y estandarización.

La normalización es la actividad para desarrollar la documentación que se requiere para establecer una base de lo que, en general, los productos o servicios deben satisfacer. Los documentos, resultado de la normalización se llaman normas oficiales mexicanas y son de cumplimiento obligatorio, tal como lo establece la Ley de la Infraestructura de la Calidad (LAC). Su redacción debe ser uniforme, sin ambigüedades, para que las personas de diferentes ámbitos entiendan fácilmente lo que prescriben. Son establecidas por los gobiernos con diferentes propósitos: cuidar el ambiente, cuidar la seguridad de los ciudadanos, establecer reglas justas para la comercialización de productos o servicios, procurar el ahorro de energía y facilitar la convivencia entre los ciudadanos. En muchos documentos oficiales se les designa también como “Reglamentos Técnicos”.

Cuando las normas son de carácter opcional, se les conoce como estándares, se trata de reglas, especificaciones y atributos que los productos o servicios deberían satisfacer para asegurar un cierto nivel de calidad o seguridad. Los estándares son de gran importancia económica por su apoyo al ahorro y eficiencia dentro de la economía de un país.

La mayor parte de las regulaciones y los estándares requieren, para estar seguros de que se cumplen, de un proceso que se llama evaluación de la conformidad.

Evaluación de la conformidad.

Las especificaciones o requerimientos, documentados y contenidos en las Normas Oficiales Mexicanas y los estándares, se deben cuantificar y así verificar que el producto o servicio cumple  o no con lo que establece el documento correspondiente.  A este proceso de verificación se le llama “evaluación de la conformidad”.

En una primera instancia la persona o empresa interesada en verificar que se cumple con lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas y los estándares, es la que directamente hace la evaluación de la conformidad. Sin embargo, aunque es indispensable, no es conveniente. Es aquí donde se puede recurrir a un tercero, para que realice la evaluación de la conformidad.

Este tercero generalmente es un laboratorio y para estar seguros que hará correctamente su tarea existe la acreditación. La acreditación es una evaluación que es coordinada por instituciones o empresas aprobadas por el estado. Esta evaluación se realiza con la revisión del cumplimiento, por parte de las instituciones o empresas a acreditarse, de la competencia técnica requerida. Se podría decir que la acreditación es una especie de evaluación de la conformidad que permite verificar si una empresa tiene o no la competencia para ser una evaluadora de la conformidad con las normas.

Una vez que una empresa obtiene una calificación satisfactoria para evaluar la conformidad de alguna norma, significa que tiene la capacidad para realizar el proceso de medición requerido por las regulaciones y estándares que soportan la calidad de un producto o de un servicio. Es en este punto en que el ciudadano cuenta con la garantía suficiente para conocer si el producto o servicio de su elección satisface sus expectativas.

Un país que no cuida su metrología, entrega en manos de otros países la decisión de si sus productos y servicios que vende o que importa, cumplen o no con las especificaciones técnicas requeridas. Si esta decisión queda en manos de aquel que oferta, entonces se está en riesgo de comprar o recibir productos o servicios que no cumplen con los requerimientos necesarios para la adecuada calidad de vida de la población.

Cuando la calidad se ve afectada porque la metrología depende de otro país, entonces los ciudadanos no pueden comparar los productos y servicios que consumen de manera confiable, y podrían no tener opciones buenas de compra ni tampoco tendrían opciones de mejora.

 

[1] Las Normas Oficiales Mexicanas, NOM, son regulaciones técnicas de observancia obligatoria expedidas por las autoridades competentes.

[2] Los estándares son documentos técnicos que se conocen en México como Normas Mexicanas, NMX, y son de carácter voluntario.