El clima juega un papel importante a la hora de conducir. Reducción del campo de visión, somnolencia, disminución de la capacidad de reacción, etc., son algunas de las complicaciones que se pueden presentar al manejar bajo condiciones climáticas adversas, por ello, más vale tomar precauciones y saber cómo actuar ante estas situaciones.
Entre los factores climáticos que se pueden presentar a la hora de viajar por carretera se encuentra la lluvia, niebla, fuertes vientos, calor extremo, así como, frío intenso que derive en hielo o nieve.
De acuerdo al Anuario Estadístico de Colisiones en Carreteras Federales 2021 del Instituto Mexicano del Transporte, los percances derivados por agentes naturales, representan la cuarta causa de accidentalidad vial en nuestro país, por ello, es importante abordar este tema.
Comencemos por la temperatura; se ha comprobado que el exceso de calor o frío en el interior del vehículo puede aumentar los errores en la conducción y como consecuencia, los accidentes.
Especialistas en el tema hacen énfasis en que las temperaturas extremas repercuten en la persona que conduce, disminuyendo la atención en la conducción, la asimilación de la información y la agudeza visual, lo que trae consigo el incremento en el tiempo de reacción ante posibles imprevistos.
Al respecto, una investigación realizada por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi Colombia) demostró que a menos de 10°C y a más de 30°C las fallas en la conducción se incrementan un 20 % y el tiempo de reacción de quien conduce aumenta 22 %.
De tal manera que, si se realiza una frenada de emergencia, ésta puede tomar más del doble de la distancia, cuando la persona que conduce está afectada por una temperatura extrema, en comparación de quien conduce en condiciones ideales. Es por ello que para prevenir esta situación la temperatura ideal al interior del auto debe ser entre 20 y 23°C.
Si el calor o el sol son muy intensos, procura estar hidratándote, utiliza lentes oscuros y el parasol (en caso de ser necesario) para evitar el deslumbramiento.
Por su parte, la lluvia es uno de los factores climatológicos que más riesgo representa, y con la cual son más frecuentes los accidentes, ya que dificulta la visibilidad y disminuye la adherencia de los neumáticos sobre el pavimento.
Dependiendo las condiciones de éstos, la velocidad y la cantidad de agua sobre la superficie, puede llegar a presentarse el acuaplaneo, un efecto por demás peligroso ya que la llanta pierde contacto con el pavimento y se desliza flotando sobre el agua, provocando la pérdida de control sobre el vehículo.
La lluvia, al igual que las temperaturas muy bajas, pueden afectar la visibilidad, debido al empañamiento de los cristales; en ese caso se recomienda el uso del aire acondicionado.
Para hacer frente a la lluvia, lo mejor es reducir la velocidad, dejar mayor distancia de seguridad, tomar con firmeza el volante, frenar con suavidad, utilizar las luces de cruce para mejorar la visibilidad (aún de día) y por supuesto el uso de los limpiaparabrisas (asegúrate que estén en buenas condiciones antes de salir a carretera).
De la misma manera, la presencia de niebla en el camino, provoca que disminuya el campo de visión, lo que hace más difícil la conducción, e incluso, en algunas ocasiones es imposible seguir circulando.
Para encarar este fenómeno, es necesario mantener en óptimas condiciones las luces del exterior de tu vehículo, pues son necesarias para hacerte visible ante otras personas. Asimismo, debes adaptar la velocidad al campo de visión; utiliza las líneas laterales de la vía para guiarte, y extrema precauciones evitando distracciones.
No menos importante es la presencia de fuertes vientos, un evento de este tipo puede sacudir de forma imprevista tu auto, llegando incluso a modificar su trayectoria. Las zonas con este fenómeno, suelen estar señaladas, por lo que es muy importante que moderes la velocidad, sujetes el volante firmemente con ambas manos y mantengas cerradas las ventas para evitar el ingreso de polvo u objetos inesperados.
Por su parte, la presencia de nieve o hielo también provoca disminución en la adherencia de las llantas y si conduces durante la nevada, la visibilidad también se reduce.
Si vas a circular por una zona donde pueda presentarse este fenómeno, lo más recomendable es llevar el tanque de combustible lleno, esto te permitirá utilizar la calefacción por tiempo suficiente. De igual manera, lleva ropa abrigadora, agua y el celular con batería suficiente o cargador para el auto.
En cuanto a las condiciones de tu vehículo, asegúrate que el sistema de frenos se encuentre en perfectas condiciones al igual que los neumáticos. Ten en cuenta que existen llantas especiales para la nieve o cadenas de tracción.
Es importante que cuando conduzcas en esta situación arranques con suavidad para evitar que las llantas se patinen. Los giros y frenadas también deben ser de forma suave para evitar perder el control. Aumenta la distancia de seguridad, utiliza las luces en caso de ser necesario y circula sobre las marcas que han dejado otros vehículos para evitar deslizamientos.
Para finalizar es importante recordarte que no te confíes ante la presencia de cualquiera de estas situaciones, ten cuenta que en muchas de ellas el comportamiento de tu vehículo va a cambiar, por lo que la mejor forma de hacerles frente es conducir responsablemente, ajustando la velocidad, extremando precauciones, y manteniendo una temperatura adecuada al interior del vehículo.
Siempre asegúrate que las condiciones físico-mecánicas de tu auto estén al 100 % antes de viajar por carretera, y no olvides llevar tu kit de carretera, el cual te podrá ser de ayuda ante cualquier imprevisto.
Fuentes:
Guía para prevenir accidentes de tránsito, No. 8. Secretaría de Salud
Anuario Estadístico de Colisiones en Carreteras Federales 2021. Instituto Mexicano del Transporte, disponible en:
https://imt.mx/archivos/Publicaciones/DocumentoTecnico/dt85.pdf
https://traficozmg.com/2016/11/las-formas-las-clima-afecta-conducir/
https://www.pruebaderuta.com/como-conducir-en-las-diferentes-condiciones-ambientales.php