• El programa “nos ha servido para unir a la comunidad”, dice Jesús Coronado, becario de Jóvenes Construyendo el Futuro.

Nunca pensó que Sembrando Vida no sólo le daría la oportunidad de cuidar su patrimonio, sino que le cambiaría la vida. Ahora, José Guadalupe Hernández Agustín dedica la mayor parte de su tiempo al campo, con la tranquilidad de saber que los gastos de la casa están cubiertos.

Padre de familia y esposo, agricultor en la comunidad de Mecapala Temazunchale, en San Luis Potosí, relata que antes de Sembrando Vida su parcela y corrales permanecieron abandonados y sin mantenimiento porque debía salir a trabajar a otros lugares para traer sustento a la casa.

Pero eso cambió y ahora cultiva su terreno, “mis hijos son felices, mi esposa es feliz”, presume.

El programa, narra a su vez Jesús Coronado, becario de Jóvenes Construyendo el Futuro, “nos ha servido para unir a nuestra comunidad”. En el vivero comunitario, dice, Sembrando Vida permite convivir y restablecer el tejido social que desde hace tiempo se estaban rompiendo, “entonces, llegó a cambiar, prácticamente, nuestras vidas”.

En 2020 Sembrando Vida se consolidó en 20 estados del país y para este año, con una inversión de 28 mil 929 millones de pesos, llegará a 430 mil sembradoras y sembradores y aumentará su extensión a un millón 75 mil hectáreas donde se producirán más de mil 21 millones de plantas.

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