Don Miguel Ángel Tun Dzul es ciego de nacimiento; todos los días, sale de su casa en Campeche para luchar y salir adelante tocando su armónica y, a veces, cantando en fiestas de bodas, XV años y bautizos. De esa forma se sostiene y apoya a su mamá, porque a su papá no lo conoció.

Alegre y satisfecho de sus logros, don Miguel Ángel, de origen maya, relata que su pensión bimestral, del Programa para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, le ayuda para comprar alimentos y pagar algunos servicios.

“Nací complemente sin ver y ese dinero lo uso para comprar comida, pagar, así como tenemos aquí luz, pues ya la estoy pagando. Desde que yo era pequeño me llevaban para pedir así limosna, somos nada más dos, yo y mi mamá nada más y, bueno, la mera verdad es que mi padre nunca me conoció, piensa que yo soy de nacimiento así, pues creo que le da vergüenza”.

Sencillo, sincero, extrovertido y hablante de Maya, cuenta que de niño pedía limosna, pero aprendió a tocar la armónica y a cantar cumbias y, aunque no es famoso, le hace la lucha y desea “a todos los amigos discapacitados que salgan adelante”.

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