Ana Donaji es sembradora en Petatlán, Guerrero y su decisión es salir adelante, ayudar a su familia y a su comunidad; no dejar el campo solo y vivir de lo que la tierra produce. Para ella, participar en Sembrando Vida es sembrar el futuro de México porque, dice, “estamos sembrando vida”.

Madre de dos hijas e integrante del vivero Campesinos Unidos, ubicado en la comunidad de Palos Blancos, municipio de Petatlán, Ana Donají Enríquez Herrera rechaza que el trabajo del campo sea exclusivo de los hombres. “Eso es mentira, las mujeres podemos, y aprendemos, no hay impedimento alguno, nosotras aprendemos a sembrar, cosechar, germinar y hacer la composta”.

En ese tono orgulloso y festivo habla de sus hijas. “Tengo dos mujeres y a ellas les enseño, con mucho, mucho amor, cómo se siembra un arbolito y les digo que en cinco años quiero ver ese árbol crecer y que ellas jueguen bajo su sombra, y que sus hijos hagan lo mismo”.

Junto a sus compañeros del Centro de Atención Campesina, Ana Donají trabaja todos los días plantando semillas, regando y trasplantando, en un ambiente que presume de respeto y apoyo mutuo. Relata que el trabajo comunitario se desarrolla con un trato igualitario entre sembradoras y sembradores porque, afirma, “aquí todos somos importantes y aprendemos unos de otros”.