Su gran riqueza de ingredientes, la diversidad de preparaciones y su historia milenaria la han llevado a ser reconocida desde noviembre de 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Tortillas, corunudas, mole, tlayudas, tamales, pambazos, champurrados, atole,  pan de muerto, cochinita pibil, quesadillas, pozole, chiles en nogada y buñuelos son sólo una muestra de los platillos preservados y elaborados por cocineras tradicionales y chefs a nivel nacional e internacional.

Los productos agroalimentarios básicos que dan forma, olor y sabor a la gastronomía mexicana son el maíz, el frijol, las especias, hierbas, chiles, chocolate y muchos otros que generan tradición y orgullo.

Estos productos hacen de la cocina mexicana una manifestación cultural desde la actividad agrícola, los conocimientos prácticos, las técnicas, costumbres y simbolismos, convirtiéndola así en una expresión de la identidad que fortalece vínculos sociales y sentimientos de identidad nacional, regional y local.