El Cacahuzintle forma parte de las 54 razas que tiene registrada la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), cuyas características sobre salen por su sabor dulce, textura suave, consistencia harinosa y grano grande.

Al hervir sus granos, se abren por sí solos como una flor, y sueltan espuma. El uso primordial del cacahuazintle en grano es la realización del pozole. De hecho, el nombre náhuatl del pozole, pozolli, significa espumoso, probablemente proveniente de la espuma producida por este tipo de maíz.

Sin embargo el pozole no es el uso exclusivo para esta variante de maíz ya que en estados como Tlaxcala, se utiliza para preparar pinole, tamales y una golosina con piloncillo denominada burritos; mientras que en Hidalgo, se elabora una bebida con este maíz llamada achocote, por las calles de la ciudad de México puede degustarse al parar en un puesto callejero, asadito con unas gotas de limón, un poco de chile en polvo y sal.

El cacahuazintle originalmente se empezó a sembrar en el Valle de Toluca y se usa principalmente para preparar pozole, elotes, pinole, atoles, galletitas y harinas.

Pero no todas son algarabías para este grano que se ha visto amenazado por su poca preferencia en el mercado y a varios factores agrícolas, pues a pesar de sus valores nutrimentales mayores al de maíz común, la preservación de la raza de este en el país es un fenómeno que actualmente ha cobrado relevancia, por su importancia social, económica e intelectual.

Esta maravilla de la tierra es un producto muy local, por lo que será difícil conseguirlo en supermercados.

¿Lo mejor? Es un maíz muy nutritivo que aporta proteínas, grasas, carbohidratos, calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio y vitaminas como A, E y B3.