La más reciente entrega de la revista Claridades Agropecuaria –editada por la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios- está dedicada al tema de la biotecnología y al potencial que ofrece para el sector agroalimentario.  

Se estima -de acuerdo a los especialistas- que en cultivos y alimentos, las principales aplicaciones de mejoramiento y manejo provienen de biotecnologías no transgénicas, contribuyendo así a innovaciones importantes como la biofortificación de cultivos, la resistencia a plagas y enfermedades, la biofertilización, la producción de enzimas, probióticos, pigmentos, vitaminas, aminoácidos, el alargamiento de vida útil, mejora del sabor y calidad nutritiva de los alimentos.

De igual forma, frente al cambio climático se ha convertido en un importante pilar para el desarrollo de variedades ajustadas a situaciones de estrés hídrico y calor. Esto, a través de una amplia gama de herramientas biotecnológicas que incluyen bioinformática, microbiología, biología molecular, genética, bioquímica, fisiología vegetal, fitotecnia, cultivo de tejidos y micropropagación, entre otras.

En  nuestro país, la industria de la biotecnología puede desempeñar un papel significativo, sobre todo si consideramos algunos factores clave que pueden potencializar su desarrollo y expansión, de entre los que destacan: la gran cantidad de recursos biológicos y genéticos, gracias al carácter biodiverso de nuestro territorio y; un importante volumen de capital humano altamente capacitado, que se manifiesta en alrededor de 190 licenciaturas en áreas relacionadas con biotecnología, 90 universidades con programas de posgrado y cerca de 9,500 investigadores directamente relacionados con esta industria.

De hecho, datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)indican que más 10 mil becarios (de un total de 60 mil) se encuentra concentrados en biotecnología alimentaria y ciencias agropecuarias, 11 por ciento de los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores estudian temas afines al sector y seis laboratorios nacionales (de 66) están especializados en investigación agroalimentaria.

De ahí la importancia de alentar y fortalecer las alianzas público-privadas que permitan el desarrollo e impulso de muchas de las investigaciones que en la actualidad, se están haciendo en muchos centros educativos y del sector público de México, las cuales buscan incrementar la competitividad, agregar valor a un sinnúmero de productos del sector rural y sobre todo ofrecer oportunidades de negocios para los productores nacionales.

Revista Claridades Agropecuarias