Se inauguró la exposición de Sergio Pitol en el Museo de Cancillería el 12 de julio, donde se muestra a un hombre de letras total, generoso, antisolemne, heterodoxo y excéntrico que tantas ventanas y tantos caminos abrió a la cultura mexicana contemporánea. Expone piezas documentales procedentes de diversos expedientes; reúne fotografías inéditas que ilustran episodios axiales de su vida durante su gestión como Embajador en Checoslovaquia; rescata aspectos de su obra literaria relativamente sesgados, como sus ensayos de crítica de arte; y trae hasta el Museo de la Cancillería la voz conmovedora y entrañable del propio Pitol.
Sergio Pitol: viajes, letras, mundos incursiona en tres aspectos cruciales de su biografía: su vida, vinculada a su legado cultural en tanto editor, escritor y traductor; su leyenda, como viajero; y su proximidad con el arte y sus creadores. Por primera ocasión se muestra la trayectoria del diplomático mexicano del siglo XX, cuyas aportaciones a nuestras relaciones internacionales, a la diplomacia cultural, a la eslavística, a la traductología y sobre todo a la narrativa contemporánea como resultado de un esfuerzo civilizatorio extraordinario y ejemplar.
Sergio Pitol tuvo la fortuna, las facultades y la tenacidad para conciliar su pasión por el viaje con el oficio diplomático y la creación literaria. En las tres estaciones de esta muestra, los visitantes descubrirán innumerables ramificaciones de su incansable labor como editor, traductor y narrador; hallarán los periplos, hallazgos y escritos de Sergio Pitol; apreciarán una cartografía y una documentación puntual de una carrera diplomática para atisbar el complejo itinerario de nuestro autor, trayecto que inicia al abandonar el terruño familiar en Veracruz y concluye, acaso de manera simbólica más de medio siglo después, al recibir de manos del Rey de España el Premio Cervantes de Literatura.
Al conocer y repasar estos testimonios quizás podamos aquilatar en su justa dimensión la herencia perdurable que una figura de la estatura intelectual de Sergio Pitol deja al siglo XXI, gran ejemplo para las nuevas generaciones de escritores y diplomáticos hispanoamericanos.
