El Día Internacional de la Mujer se estableció en 1975 como un llamado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a continuar con los avances en materia de igualdad entre los géneros, así como un reconocimiento al trabajo de activistas para terminar con todas las formas de discriminación entre hombres y mujeres.

La ONU ha hecho énfasis en la necesidad de reflexionar desde una perspectiva de género, el modo en que la innovación y la inversión en servicios públicos e infraestructura pueden aportar a la reducción de las disparidades existentes entre géneros.

De acuerdo con cifras de esta organización, alrededor de 740 millones de mujeres a nivel mundial viven de la economía informal y no tienen acceso a protección social, servicios públicos ni infraestructura que pudiera ayudarles a aumentar sus ingresos.

En México, según el Registro Agrario Nacional (RAN), sólo el 26.3 por ciento de los ejidatarios son mujeres. También la participación política de las mujeres en el sector agropecuario se ha visto limitada, ya que sólo el 18.4 por ciento de éstas integra los órganos de representación de tierras comunitarias.

Un estudio realizado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) señala que menos del 30 por ciento de la población beneficiaria de los programas del gobierno mexicano dirigidos al campo está constituida por mujeres. Ambos organismos también señalaron que sólo tres de cada diez mujeres productoras reciben algún tipo de remuneración por su trabajo.

En este Día Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas hacen un llamado para que “pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia e innovemos para el cambio” a fin de que se emprendan las acciones necesarias para otorgar a las mujeres plenos derechos de acceso y propiedad de la tierra, así como una mejora de sus derechos económicos.