Como consecuencia de las altas concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero que han ocasionado el cambio climático, los años comprendidos entre 2015 y 2018 han sido los más calurosos de los que se tenga registro, de acuerdo a un estudio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Señala que los registros de 2018 revelan que la temperatura media mundial en ese año superó en un grado centígrado la temperatura media de la era preindustrial (1850-1900), lo cual supone un panorama desalentador dadas las repercusiones climáticas que tendrá el deshielo marino en el Ártico y en la Antártida, aumento del nivel del mar, acidificación de los océanos; así como temporadas de sequías e incendios más prolongadas.

Al respecto, el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, alertó que los 20 años más cálidos de los que se tengan datos se han registrado en los últimos 22 años. “El ritmo del calentamiento mundial en los últimos cuatro años ha sido excepcional”.

El experto agregó que las temperaturas son sólo una parte del problema, ya que la actividad humana también ha propiciado la intensificación de fenómenos climatológicos extremos. “Se trata de una realidad a la que tenemos que hacer frente. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y las medidas de adaptación al clima deberían gozar de máxima prioridad a nivel mundial”.

De acuerdo a la OMM las temperaturas extremas que comenzaron a registrarse a inicios de 2019 en Australia y la onda gélida que azota el norte de los Estados Unidos no dan visos de que este año la tendencia mejore.

Para realizar estos pronósticos, la Organización Meteorológica Mundial usa conjuntos de datos (basados en datos climatológicos mensuales procedentes de sistemas mundiales de observación) de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos, del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido y de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia del Reino Unido, entre otros.

FUENTE: OMM.