Asimismo, considerando que la leche bovina forma parte importante en la dieta integral alimenticia del mexicano, es necesario implementar Buenas Prácticas en las unidades de producción, con la finalidad de obtener un producto inocuo; asegurando que la leche satisfaga las expectativas de los consumidores y de la industria alimentaria.

En ese sentido, las buenas prácticas en calidad de producción de leche comienzan con la extracción correcta e higiénica de la leche, es decir, con la ordeña, hasta llegar al lugar de su almacenamiento, así como todos los procedimientos que están encaminados a evitar y/o reducir su contaminación.

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Cabe resaltar que en las unidades de producción la contaminación puede presentarse en equipo, instalaciones y manejo; por lo que es sumamente necesario implementar acciones estrictas de control, limpieza y sanitización; formando parte de la implementación de las Buenas Prácticas Pecuarias.

El desarrollo de los sistemas y esquemas de producción ha llevado a establecer medidas que permiten disminuir los riesgos de contaminación, y ante la exigencia del consumidor respecto a estándares de calidad e inocuidad, tenemos, por ejemplo, que anteriormente no se tenía un control en el uso de biológicos, antibióticos, hormonas ni aditivos alimenticios, representando un riesgo importante a la salud del consumidor.

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En México, los productores de ganado bovino de leche  están interesados en asegurar que sus prácticas de producción no representen riesgos para la salud pública y que cumplan con sus expectativas; por esto el productor hace patente el interés en obtener productos sanos y de calidad, por lo que sus procesos en la producción están centrados en lograr productos libres de contaminación en armonía con las Buenas Prácticas en calidad de producción de leche.