De niños, después de jugar o de haber tenido un largo día de trabajo, seguramente que nos deleitamos con las cazuelitas, pequeñas ollas de barro rellenas con dulce de tamarindo o con un agua fresca de este sabor, así vemos como el tamarindo ha formado parte de nuestras vidas y nuestra mesa desde hace varios años.

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El tamarindo se cultiva en zonas tropicales del mundo, es muy común en la India, Tailandia, Costa Rica y México. Este fruto crece en árboles que puede llegar a medir hasta 30 metros de altura y producir varios kilos de la fruta. Su cultivo no requiere de muchos cuidados, lo cual hace posible que encontremos árboles de tamarindo en los jardines familiares de cualquier zona del país.

El SIAP reporta que, en 2019, los principales productores de tamarindo fueron Jalisco con 22,251 t., Colima con 11,438 t. y Michoacán con 4,470 t.

La pulpa de este fruto posee una gran variedad de vitaminas y minerales como: ácido ascórbico, ácido tartárico, hierro, magnesio, tiamina, betacarotenos, fósforo, potasio, vitamina C y calcio. También es rica en carbohidratos, grasas, proteínas, fibras, y flavonoides. Asimismo, goza de propiedades medicinales que ayudan a combatir el estreñimiento, pues es un excelente laxante, a fortalecer huesos y dientes de forma natural, disminuir el colesterol, limpiar los riñones e hígado.

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También, a partir de la pulpa de esta vaina se preparan una gran variedad de productos que son un deleite para cualquier paladar mexicano, ya que además de elaborarse dulces típicos, se utiliza en diversos platillos de la cocina tanto tradicional como gourmet.

En México, su destino principal es formar parte de alguna salsa que le dé un sabor especial a la carne o los mariscos, aunque también lo podemos encontrar en bebidas como refrescos, agua, ponche o tepache.

Pulpa de tamarindo, “Así es el sabor de tus besos, ese sabor agridulce que tiene tu boca, sabor que provoca, sabor que enloquece de amor tropical…” como dice la canción.

Los mexicanos disfrutamos de la mezcla de sabores agridulces y picantes, pero si llevan tamarindo ¡mucho más!, porque es tan versátil y tradicional que ya forma parte de nuestra cultura gastronómica, tanto que consumirlo es probar un poco de México.