Los tacos son uno de los alimentos más tradicionales, variados y populares que se encuentran a lo largo y ancho del país. Su origen se remonta a la época prehispánica, se dice que se utilizaban como plato, cuchara y comida; asimismo, se convirtió en la forma más sencilla de transportar la comida de un lado a otro.

Tal es su relevancia, que el 31 de marzo ha sido designado como el “Día del taco”, celebración que se aprovecha para dar a conocer sus variedades e ingredientes; sin embargo, hay uno que jamás puede faltar: la tortilla. La base de este sencillo pero fundamental alimento es el maíz y en México se producen más de 24 millones de toneladas anuales.

Desde los tacos de trompo como se le conoce en diversas regiones del país, hasta los de bisteck asado, de cerdo, de guisado o mariscos como el pulpo, este alimento que representa gran parte de nuestra cultura culinaria, ha traspasado fronteras, detalló el chef Israel Loyola del restaurante Jacinto 1930.

La anatomía del taco consiste en una tortilla (generalmente de maíz), seguido de un guiso, acompañado con cebolla, cilantro picado y limón, así como alguna salsa, la cual varía en su picor al gusto del comensal.

Una opción para preparar es con carne de cerdo, setas y tallo de cebolla, servido con salsa macha a base de ajonjolí, cacahuates y chile de árbol seco o el de huevo al comal que incluye escamoles, hoja santa, queso fresco, salsa martajada con jitomate, chile verde y cilantro, además de ceniza de huitlacoche.

Si lo tuyo son los mariscos, otra opción puede ser un taco inspirado en pulpo con ensalada fresca de elote, acompañado de mole almendrado. La tortilla puede ser de maíz, blanco, azul o amarillo, dependiendo de la variedad disponible en la región donde se consuma este platillo.

La preparación de los tacos combina procesos milenarios como el de nixtamalización, proceso por el cual el grano de maíz se transforma en masa. 

¡Sin importar el día, siempre es un buen momento para disfrutar de un taquito!

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