Ahora bien, en cada etapa del desarrollo de la niñez, los requerimientos de nutrición son distintos, ya que, conforme a la edad, se estarán fortaleciendo los diferentes sistemas que conforman el cuerpo humano.
En los primeros seis meses de vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda la lactancia materna exclusiva, pues la leche materna está considerada el alimento más poderoso de la naturaleza.
A los seis meses y hasta los 12 años, niñas y niños ya pueden -y deben- consumir alimentos complementarios, que incluye todo lo que en nuestro campo se cultiva y se cosecha, nos referimos a productos como:
Proteína de origen animal: un consumo adecuado, combinado con una dieta equilibrada en el niño, contribuirá al fortalecimiento muscular, a la estatura y al correcto desarrollo del menor.
- México ocupa el 12º lugar mundial en producción de ganadería primaria.
Frutas y verduras: destacan por su alto contenido en vitaminas, minerales, fibra y agua, que fortalecen el sistema inmune.
- México ocupa el 11er lugar mundial en producción mundial de cultivos agrícolas.
Pescados: es una fuente de proteínas y Omega 3 que les ayuda a fortalecer la parte más importante de su cuerpo: el cerebro.
- México ocupa el 15º lugar mundial en producción pesquera y acuícola.
Cereales: aportan hidratos de carbono fuente de energía vital para la niñez.
- México ocupa el 8º lugar mundial en producción de maíz.
Leguminosas: son una buena fuente de proteína de origen vegetal, fibra y son bajas en grasa, pero ricas en minerales y vitamina B.
Recordemos que la alimentación debe concentrarse en alimentos 100% naturales y frescos de todos los grupos, acompañados de actividad física, pues sólo con buenos hábitos alimenticios y ejercicio combatiremos el flagelo de la obesidad infantil.