La nutrióloga Julieta Ponce Sánchez, directora del Centro de Orientación Alimentaria, nos compartió información de interés como son los esfuerzos del Gobierno de México para apoyar a productores y productoras de pequeña escala con el objetivo de que  se beneficien consumiendo los productos que ellos mismos siembran, así como el tema de una dieta sana.

Asimismo, la nutrióloga Ponce mencionó que se busca acercar herramientas a productoras y productores -además del presupuesto- para realizar una producción agroecológica que proteja al medioambiente, en ese sentido, están promoviendo el autoconsumo de cultivos saludables nacionales, para que no sólo mejore la vida de las personas que viven en el campo, sino que también se haga un frente al combate de la obesidad, sobrepeso y diabetes que ataca a este sector, porque -dijo- además de acabar con la salud y la vida son enfermedades que incrementan el gasto en las familias derivado de la compra de medicinas y pago servicios médicos.

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La nutrióloga Ponce Sánchez hizo hincapié en que la edad de las personas que cultivan la tierra es en promedio de 50 años, y muy probablemente vivan con diabetes sin saberlo, situación que no es posible, agregó, siendo que nuestros antepasados tenían una canasta básica nutritiva, por lo que recuperarla es trabajo de todos.

Afortunadamente -lo dice con esperanza- se están haciendo muchos cambios, entre ellos, a nivel gobierno se ha modificado la NOM 051 sobre etiquetado frontal para que los productos presenten los componentes cuyo exceso en la dieta puede ser perjudicial para la salud, como azúcares añadidos, sodio, grasas totales, grasas saturadas y energía.

Sin embargo, los más importante, agregó Julieta Ponce, es sembrar nuevamente los campos, poner énfasis en los alimentos saludables, colorear las mesas con los cinco colores naturales: morado, verde, blanco, rojo y anaranjado, pero sobre todo aprovechar las más de 360 variedades de especies naturales que tiene México.

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Para ello, -dijo- se han formado Escuelas Campesinas, que buscan recuperar los saberes alimentarios para diseñar el paisaje alimentario deseado en donde los productos estén física y económicamente accesibles, que exista estabilidad en su producción, es decir, que se proteja toda la cadena productiva para alcanzar el objetivo de que mediante el consumo de productos agrícolas producidos con calidad se impacte positivamente la salud de la población y se note que estamos comiendo bien, pero sobre todo que quienes siembran consuman lo que producen.