La sidra tiene una historia larga y fascinante se sabe de ella desde el siglo XIII, y varios investigadores sostienen que hebreos, egipcios y griegos conocían la sidra, pero fueron los árabes quienes desarrollaron avanzados sistemas agrarios, cultivaron toda clase de manzanas y se aplicaron para lograr que los procesos de producción de sidra fueran cada vez más eficientes.

Al paso del tiempo fueron los españoles, en la región Asturiana, quienes dieron su toque obsequiándonos una sidra más ácida y burbujeante. Actualmente, en México, tenemos importantes productores de sidra, sobre todo en las ciudades de Huejotzingo y la célebre Zacatlán de las Manzanas, así como en el municipio de Esperanza, esta sidra es más dulce y se consume sobre todo en los brindis de Navidad y Año Nuevo.

Cabe resaltar que, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el municipio de Esperanza , es el principal productor gracias al Agroparque ubicado en la comunidad. La SADER en Puebla, tiene registrado su producción por 25 mil cajas, cada una con 6 botellas, es decir, una producción anual de 150 mil botellas de sidra tan solo en el Agroparque mencionado.

Por otro lado, la manzana de Zacatlán, variedad criolla que deriva de la Red Delicious, cuyo sabor un tanto ácido recién cortada, pero dulce una vez que termina de madurar, es la materia prima para la elaboración del producto que acredita este lugar.

También se produce sidra con otras variedades como: gala royal, Red Delicious, y criolla, de las que se producen 218 mil; 1,300 y 38 mil toneladas (SIAP 2017), respectivamente; otros estados productores de sidra, pero en menor cantidad son Durango y Chihuahua.

La sidra que se comercializa anualmente lleva un año de fermentación, es decir, para el fin de año de este 2018, la sidra se realiza con cosecha de la fruta del 2016.

Bueno, pues brindemos por nuestros productores de manzana, porque gracias a ellos tenemos muchos litros de sidra ¡salud!