La granada -se cree- es originaria de Persia, Irán y el Himalaya Occidental, es la infrutescencia, es decir, que está formada por un conjunto de pequeños frutos unidos a un eje central, de un árbol llamado granado que pertenece a la familia de las Punicáceas; pequeña familia de árboles y arbustos, cuyos frutos tienen semillas prismáticas y rugosas.

Este fruto sí que tiene mucha historia, por ejemplo, se le menciona en el mito griego de Perséfone, también en la Biblia y a partir de la Edad Media se le convirtió en un símbolo de la fertilidad, pero no es ahí donde está su fama, sino en las propiedades nutritivas y beneficios que aporta a nuestro organismo.

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La granada fruta tiene un contenido en agua superior al 80 % de su peso, por lo que es de muy bajo valor calórico debido a su escaso contenido de hidratos de carbono. 

Los micronutrientes que encontramos en la granada fruta son variados, pero de manera especial tienen relevancia la presencia de potasio, vitamina A, vitamina C y vitamina B9, por lo tanto, tiene propiedades regeneradoras y reparadoras de mucosas y tejidos, ayuda a nuestras defensas, así como a que nuestro cuerpo se desarrolle y crezca de una manera apropiada.  Además, contiene otros muchos minerales como el magnesio, el calcio, el selenio, el fósforo, el cobre, el sodio, el zinc y el hierro.

La granada es una fruta bastante llamativa a la vista, que con su característico tono rojizo llena de color nuestro chile en nogada convirtiéndose en ingrediente indispensable de esta temporada.

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En México la producción de granada alcanza más de siete mil toneladas.