En cada etapa del desarrollo de la niñez, los requerimientos de nutrición son distintos, ya que, conforme a la edad, se estarán fortaleciendo los diferentes sistemas que conforman el cuerpo humano.

Así tenemos que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante los primeros 6 meses de vida del bebé se recomienda la lactancia materna exclusiva, pues la leche materna está considerada el alimento más poderoso de la naturaleza.

A los seis meses y hasta los dos años, niñas y niños ya pueden -y deben- consumir alimentos complementarios, que incluyen todo lo que en nuestro campo se cultiva y se cosecha por pequeños y medianos productores, nos referimos a productos como: leche de vaca, purés hechos a base de verduras de hoja verde que pueden ser espinacas, brócoli, acelgas, también purés de frutas entre las que destacan la manzana, pera, plátano, asimismo cereales y algunos cárnicos.

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Estos alimentos les estarán aportando calcio, fibra, así como vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo de los huesos y México produce más de 12 millones de litros de leche de bovino que harán fuertes como acero los huesos de su población infantil.

De los dos a los siete años, es muy importante que enseñemos a las niñas y los niños a consumir verduras, hortalizas y pescado, porque aportan Omega3 y minerales esenciales en esta etapa que es el momento crucial para llevar al máximo desarrollo los músculos y el cerebro. La alimentación en esta etapa influye mucho en el aprendizaje escolar, por ello, habrá de complementarse con arroz o legumbres; carne y huevo que permiten el adecuado crecimiento, además de mantenerlos sanas y sanos.

México es el 5º productor y 4º exportador de brócoli, alimento generoso en vitaminas y minerales que harán de nuestros niños y niñas los genios del futuro.

Finalmente, en la etapa que va de los siete a los 12 años la alimentación debe concentrarse en alimentos 100% naturales y frescos de todos los grupos, acompañados de actividad física, pues sólo con buenos hábitos alimenticios y ejercicio combatiremos el flagelo de la obesidad infantil.

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Si amamos a nuestras niñas y nuestros niños #QuédateEnCasa, aprovechemos para darles mucho cariño, abrazos, besos y enseñarles a comer rico y sano.