La emblemática flor de cempasúchil tuvo su origen en Mesoamérica, entre México y Centroamérica. Su uso y manejo en nuestro país data de antes de la conquista, como lo registra el Códice Florentino (tomo III), que incluso explica que podía crecer espontáneo o ser sembrado en huertos.

A las flores dobles y grandes, consideradas las más hermosas, se les llamaba hembras cempoalxóchitl, y las simples, que eran de menor tamaño, se les denominaba macho cempoalxóchitl, había unas todavía más pequeñas, muy amarillas y olorosas, estas llevaban el nombre de macuilxóchitl, que significa “cinco flores”.

Nativa de México, esta flor la podemos encontrar en estado silvestre en los estados de Aguascalientes, Chiapas, Campeche, Coahuila, Colima, Distrito Federal, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, principalmente.

Los mexicas utilizaban el cempasúchil para la decoración de altares, ofrendas y entierros en honor a sus muertos, tradición que prevalece hasta el día de hoy; de hecho, esta festividad indígena fue proclamada por la UNESCO como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, el 7 de noviembre de 2023, por iniciativa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El cempasúchil en cifras 2023:

Nacional

  • Mil 558 gruesas
  • 21 mil 355 toneladas
  • 518 mil 712 manojos
  • Dos millones 368 mil 200 plantas

Fuente: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).