Originarias del estado de Michoacán, las corundas son un tamal hecho con una masa de maíz blanca, mezclada y batida con manteca de cerdo, leche o agua y sal, la cual se envuelve en hojas de caña de maíz. 

Lo que las hace tan especiales es su forma triangular, que se logra cuando se pone un poco de masa en el extremo de la hoja, que se cubre poco a poco y se enrolla hasta conseguir esta forma particular, aunque las más tradicionales llegan a tener seis lados y cinco puntas. 

La corunda es de origen purépecha y en esta lengua se le conoce como khurhúnda, en las regiones de Pátzcuaro, Cuitzeo, Zirahuén, Tzintzuntzan y la Cañada de los Once Pueblos hacen que el maíz se cuece en cenizas para que suelte el hollejo que lo cubre, y luego se muele para formar la masa.

Este platillo suele consumirse bañadas con bastante salsa verde o roja, queso cotija o añejo y, a veces, crema y rajas de chile poblano o chilaca; a esta forma de prepararlas se le llama atapakua khurhúnda, que en purépecha significa corundas preparadas en salsa o mole.

Las corundas son un platillo que representa a México, su historia prehispánica y el trabajo del campo. Están hechas con técnicas que se han transmitido de generación en generación, usando elementos tan característicos de nuestra gastronomía como el maíz y el chile. 

Tan solo en 2020 la producción nacional de maíz fue de 27 millones 424 mil 527 toneladas.

Así que no lo dudes, puedes ir a Michoacán y probar las corundas o animarte a prepararlas en casa y probar este manjar de origen prehispánico proveniente del campo mexicano.