Los primeros informes que se tienen de esta hortaliza es que se encontraron  en la región del Mediterráneo  y desde entonces ha sido considerada como alimento básico de la nutrición humana, porque tienen un sabor que nos recuerda a la tierra, se come tanto la hoja, como la penca o parte blanca, representan un alimento saludable y en nuestro país se encuentran disponibles en el mercado durante todo el año.

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Las acelgas se caracterizan por sus grandes hojas de color verde brillante y por sus nervios marcados, los tallos o pencas, pueden ser blancos, amarillos o rojos, según la variedad de acelga de que se trate, las más conocidas son:

  • Amarilla de Lyon. Hojas grandes, onduladas, de color verde amarillo muy claro. Penca de color blanco muy puro, con una anchura de hasta 10 cm. Es apreciada por su calidad y gusto.
  • Verde con penca blanca Bressane. Hojas muy onduladas, de color verde oscuro. Pencas blancas y anchas de hasta 15 cm. La planta muy vigorosa.
  • Otras variedades: Verde penca blanca, R. Niza, Paros, Green y Fordook Giant.

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Estas hortalizas son muy ricas en fibra, contienen vitaminas A, B1, B3, B5, B6, B9, C, además de vitamina E y K, son también ricas en minerales tales como calcio, sodio, potasio, y tienen contenido en cobre, hierro y fósforo. Su consumo aporta al cuerpo humano algunos ácidos grasos como el Omega-3, luteína flavonoides, betacaroteno, y zeaxantina.

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Sabías qué… Aristóteles hace mención de la acelga en el siglo IV a.C.