El algodón se desarrolla principalmente en zonas cálidas, ya que requiere de temperaturas mayores a 15 grados, una buena iluminación y riegos constantes. 

Los primeros datos  que tenemos sobre el algodón son gracias a textos hindúes por lo cual se cree  que tiene sus orígenes en Asia; los especímenes más viejos de productos fabricados con algodón datan desde unos 3000  años A.C. Durante la edad media, la industria algodonera fue mayoritariamente española y era tan abundante su cosecha que alimentaba los telares catalanes y los de la industria italiana. En México la primera región en la que se cree que se cultivó el algodón fue en Veracruz.  

Actualmente los centros de mayor producción se concentran en América Central y Sudamérica con 18 especies, el noreste de África y suroeste de Arabia con 14 y Australia con 17. En nuestro país  se encuentran 14 de las 18 especies registradas en el continente, siendo el principal el Gossypium hirsutum o algodón hueso. 

Su cultivo se concentra en los estados del norte principalmente en  Chihuahua y Baja California; en 2021, se produjeron más de 800 mil toneladas en el país. 

Para la industria textil es de suma importancia ya que es el tejido con los usos más generalizados. Es fresco, ligero, absorben­te, fácil de conservar y admite los procesos de blanqueado y teñido. Tiene el inconveniente de encogerse y arrugarse, pero esto se puede evitar mediante tratamientos especiales. Pero sus usos no solo se concentran en esta industria ya que se utiliza en la producción de cuerdas, papel, billetes, aceite de cocina, alimentos, embalajes, pinturas, materias primas, celulosa para la industria cosmética, fibras, jabones y hasta biocombustibles; inclusive también se puede destinar para la alimentación de vacas y borregos debido a sus nutrientes.