En el corazón de México, Puebla se erige como el epicentro nacional del amaranto, un cultivo ancestral que no solo nutre, sino que también impulsa la economía y la identidad cultural de la región. Con una superficie sembrada total de 1,813 hectáreas y una producción destacada de 3,136.24 toneladas, este estado no solo lidera en extensión, sino también en rendimiento y valor económico.

De acuerdo con el cierre agrícola del SIAP 2023, el Estado de Puebla domina el panorama del amaranto con un rendimiento promedio de 1.73 ton/ha, superando las expectativas gracias al conocimiento agrícola y el compromiso de sus productores. Este grano, apreciado por su alto valor nutricional y versatilidad culinaria, encuentra en Puebla un ambiente ideal para prosperar.

Los municipios productores de amaranto que fortalecen la economía local y que a su vez preservan y promueven una tradición agrícola milenaria en el Estado de Puebla por superficie sembrada (ha) son:

  • Tochimilco 1,110 ha
  • Cohuecán 225 ha
  • Atzitzihuacán 222 ha
  • San Salvador El Verde 71 ha
  • Atlixco 45 ha
  • Tepemaxalco 22 ha
  • Huaquechula 13 ha
  • San Martín Texmelucan 12 ha
  • Palmar de Bravo 11 ha
  • San Jerónimo Tecuanipan 10.2 ha
  • San Felipe Teotlalcingo 10 ha
  • Chapulco 9 ha
  • Tecamachalco 8 ha
  • Caltepec 6.8 ha
  • San Andrés Cholula 4 ha
  • San Matías Tlalancaleca 4 ha

En términos económicos, Puebla aporta 17.3 millones de pesos al valor de producción nacional de 60.2 MDP, consolidándose como un actor clave en el mercado nacional del amaranto. Toda esta producción es posible gracias al esfuerzo y la dedicación de las y los agricultores y las comunidades rurales que día a día trabajan para garantizar la calidad y sustentabilidad de sus cosechas.

El cultivo de amaranto en Puebla no solo es una actividad económica estratégica, sino también un símbolo de la riqueza cultural y agrícola de México. A través del apoyo gubernamental y el compromiso de todos los actores involucrados, Puebla continúa escribiendo una historia de éxito en la producción y promoción de este tesoro agrícola.

El amaranto en Puebla representa más que una cosecha; es un legado que enriquece tanto la mesa como la historia de nuestro país.