El Rambután es un árbol tropical, originario del sudeste asiático, que se da principalmente en climas cálidos y ofrece una fruta exótica del mismo nombre.  Se encuentra dentro de las frutas más exóticas del mundo, y los expertos la denominan “superfruta”, por los grandes beneficios que ofrece.

Es pequeño, de forma ovalada y muy dulce, con cierto parecido a la pulpa de la uva. Tiene un sabor fresco, jugoso y un poco ácido. Su aspecto exterior está formado por una delgada capa alrededor de la pulpa, rodeada de “espinas” o “pelos” inofensivos al tacto. Su color es rojo por fuera, blanco en el interior y contiene dentro de la pulpa una semilla venenosa.

La fruta de este árbol se da en racimos de 10 a 20. Su árbol es perenne, y puede alcanzar una altura de 10 a 25 metros. Existen 3 tipos de árboles. Los que dan fruta (hembra), los que no producen fruta (macho) y los hermafroditas.

El árbol debe estar en un lugar donde existan precipitaciones frecuentes para un cultivo eficiente.

CÓMO SE CONSERVA Y CÓMO SE COME EL RAMBUTÁN

Los rambutanes son frutos que pueden adquirirse durante todo el año. Es conveniente descartar aquellos que tengan moho o estén dañados.

Se aconseja que para su correcta conservación, permanezcan dentro de bolsas de plástico  agujereadas para evitar su deterioro. De esta manera pueden almacenarse durante un mes.

Si permanecen a temperatura ambiente pero sin envasar, pueden secarse y alterarse con rapidez.

Para conocer su estado de maduración, podemos diferenciarlos mediante el color. Ya que al principio son verdes, y después, conforme van madurando se vuelven de color rojo, amarillos o anaranjados.

Para comer este fruto, en primer lugar tenemos que extraer la parte exterior del rambután, es decir, la parte con “pelos”. Para ello, podemos coger un cuchillo y por la mitad cortamos la cascara sin llegar a atravesar la pulpa. Otra opción sería con las uñas o los dientes.

A continuación, abrimos la cascara por la mitad y apretamos ligeramente con los dedos para que la pulpa comestible salga a la superficie.

Es importante que se tenga en cuenta que dentro de la pulpa comestible del fruto hay una semilla venenosa que tenemos que expulsar si la consumimos con el fruto. Algunas veces la semilla está adherida a la fruta, mientras que otras, se desprende fácilmente.

Su sabor se asemeja al de una uva pelada. Es muy agradable en la boca, suave y dulzón.