La protección del patrimonio cultural que ofrecen corporaciones policiacas o convenciones internacionales como las de la UNESCO, queda limitada a la hora de amparar la memoria documental, debido a la vastedad de los materiales que integran los archivos, afirmó Marlene Victoria López Torres, subdirectora de Convenios y Contratos del Archivo General de la Nación (AGN).

Durante el panel “La salvaguarda del patrimonio documental”, realizado en el marco de la Conferencia del Consejo Internacional de Archivos (ICA), López Torres señaló que los archivos sufren mutilaciones, robo, destrucción y tráfico ilegal —al igual que el resto del patrimonio cultural—, aunque infortunadamente la discusión en torno a su protección se ha concentrado sólo en el desgaste natural de los materiales con que están hechos. 

Tanto la Convención de la UNESCO de 1954, como la de 1970, se refieren a la protección de los archivos, “sin embargo, es difícil aplicarlas a los archivos por la magnitud, por la cantidad que encontramos. Sólo en el Archivo General de la Nación hay más de 52 kilómetros de archivos lineales de documentos” —afirmó—, durante el panel donde también participó el investigador Sebastián Van Doesburg.

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Al final del día —agregó—, los registros de los robos de archivos son escasos,  porque no existen denuncias al respecto y sólo se documentan casos que se detectan cuando se hacen inventarios.

“Son sustracciones que se detectan, pero no podemos clasificarlas como robo o como mutilación, porque la policía te pide demasiados elementos de prueba para hacer la tipificación de los delitos y sólo se puede levantar un acta administrativa; se informa y ahí concluye todo. Muchas de las investigaciones que se buscan hacer fracasan y es una pena”.

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A este problema que enfrentan los archivos para su salvaguarda, se suma el limitado enfoque que existe a la hora de proteger la memoria documental, el cual se centra exclusivamente en la conservación del material y no en los delitos que hay alrededor de los archivos, los cuales sufren mutilaciones, destrucción, robo, venta ilegal; y el problema en general atañe a la temática, porque no es un tema que se aborde así en materia archivística o que se generen medidas para combatirlo.

“Las autoridades o los responsables de los archivos se concentran principalmente en temas de conservación, en temas referentes al desgaste natural o como nos ocurre en un sismo o con un huracán, en la conservación de los materiales, del soporte físico; y se deja a un lado en el tema de la conservación lo referente a la sustracción, a la protección de manera directa del documento, para que no salga, no se destruya, no se mutile”.

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Con la participación de más de 500 participantes, provenientes de 83 países, la Ciudad de México es sede del encuentro organizado entre el ICA, la Asociación Latinoamericana de Archivos (ALA), el Archivo General de la Nación (AGN) y la UNESCO, en el que se discute el papel de la memoria documental en el ejercicio de la agenda pública y el buen gobierno.

Durante la primera jornada del encuentro, se llevaron a cabo diversos paneles de expertos en los que se abordaron temas como archivos y las culturas originarias en América, el derecho al acceso a la información y ciudadanía; la construcción de los sistemas de archivos en las relaciones interregionales y los usos de los archivos en el arte.  

El programa está integrado por 64 eventos paralelos, que incluyen 46 paneles, 6 conferencias magistrales y 9 talleres, divididos en 12 ejes temáticos.

Para mayor información acerca de la Conferencia y los ponentes, se sugiere visitar el sitio www.alaarchivos.org/conferencia-ala-ica/