Los desastres naturales son eventos inesperados y devastadores que provocan alteraciones en el medio ambiente y en la vida de las personas. Desde terremotos hasta fenómenos climáticos extremos, estos sucesos pueden causar daños materiales, pérdidas humanas y estragos en la naturaleza. Estas catástrofes también pueden venir acompañadas de eventos adversos causados por la actividad humana o una combinación de ambos, con el potencial de desencadenar emergencias.[1] Un ejemplo de desastre natural son los sismos o terremotos que son fenómenos naturales que se producen debido a la liberación de energía acumulada en la corteza terrestre. A su vez, esta liberación de energía causa vibraciones o movimientos bruscos en la tierra, que pueden variar en intensidad y duración.
Imagen 1: Secuencia de demolición del Hotel Regis dañado por los sismos de 1985.
Referencia: AGN, Hotel Regis, Terremoto de 1985 Alfredo Hernández, Secuencia de demolición de Hoteles "Continental y Regis", TAH/015, 1985.
En el caso de México, un país con una larga historia sísmica, los terremotos han dejado una profunda huella a lo largo de los años. Dos eventos particularmente significativos son los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, que aún resuenan en la memoria colectiva. Sin embargo, hay uno que ha quedado en el olvido para muchos: el terremoto del 3 de enero de 1920.
Según el servicio sismológico nacional, mediante el instituto de Geofísica de la UNAM: El día 3 de enero de 1920 ocurrió un sismo con magnitud aproximada de 6.4, localizado en las cercanías de la ciudad de Xalapa, Veracruz (19.27 ºN, 97.08 ºW). El sismo fue a las 22:25, hora local (04:25, hora UTC del día 4 de enero de 1920). Fue sentido fuertemente en la Ciudad de México y ocasionó graves daños en la Ciudad de Xalapa, Veracruz. Este temblor ha sido caracterizado como uno de los sismos corticales intraplaca que más víctimas humanas ha causado en México.[2]
Imagen 2: Primera plana del periódico el Universal del 4 de enero de 1920
Referencia: AGN, El Universal, 4 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
Para comprender mejor los efectos de este desastre, podemos recurrir a los relatos de la época, especialmente a los periódicos de ese momento. En ellos se describió el impacto del suceso, las noticias que día a día embargaban a los pobladores de pueblos desfavorecidos por el impacto del temblor; uno de los periódicos que registraron las novedades, los informes y los sucesos fue El Universal.
Las noticias aparecían en las primeras planas del periódico del 4 de enero de 1920, se decía que según el Observatorio Meteorológico de Tacubaya se habían registrados tres temblores el día anterior. Los efectos del segundo temblor registrado a las 10:25 pm de carácter trepidatorio impactó a gran parte de la República, el primero del que se relató había tenido epicentro en Acambay, Estado de México y el segundo en Veracruz, hasta ese momento no se descubría con exactitud el lugar, estimaban que estos temblores eran los que ocasionaron grandes pérdidas humanas, materiales y territoriales, del tercero no se hablaba.
Imagen 3: Primera plana del periódico el Universal del 4 de enero de 1920.
Referencia: AGN, El Universal, 4 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
Tras la serie de devastadores temblores que sacudieron la región de Córdoba, Veracruz, múltiples pueblos fueron borrados del mapa, dejando a su paso un rastro de desolación y pérdida. En la primera plana de El Universal del lunes 5 de mayo se destacaba la trágica desaparición de Coatzautlán [sic], junto con otros asentamientos, como San Juan Coscomatepec, donde incluso la iglesia local desapareció.
Imagen 4: Primera plana del periódico el Universal del 5 de enero de 1920.
Referencia: AGN, El Universal, 5 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
El impacto de estos sismos se extendió más allá de la desaparición de los pueblos. El Río de Atoyac experimentó un crecimiento repentino, emanando un olor fuerte y sulfuroso. Conmocionados, los habitantes observaban cómo el agua llevaba consigo los cuerpos de personas sin identificar.
En los días siguientes, el martes 6 y miércoles 7 de enero, los informes revelaron la magnitud total de la tragedia. Cosautlán resultó especialmente afectado, con la mayoría de sus estructuras reducidas a escombros y un número considerable de víctimas. La estación sismológica de Oaxaca situó los epicentros de los temblores en la zona montañosa desde el cofre de Perote hasta el pico de Orizaba, proporcionando una perspectiva sobre la extensión del desastre.
Imagen 5: Primera plana del periódico el Universal del 6 de enero de 1920.Referencia: AGN, El Universal, 6 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
El miércoles, el periódico del 7 de enero confirmó la desaparición de cuatro pueblos adicionales, con devastadoras pérdidas en Teocelo, donde se contabilizaron numerosas casas e iglesias destruidas, así como un considerable saldo de muertos y heridos. Los informes posteriores señalaban que los pueblos desaparecidos eran: Cosautlán, Barranca Grande, Camusapa, Chichiquita, Xoconoxtle, Tenezapa, Cuautitán, Chilona y Zonotla, pertenecientes al Estado de Veracruz, y Saltillo, Ocotlepa, Manzanito, Plata, Chiochontla, Quimixtlan, que están ubicados a los márgenes del río Huitziolpa de Puebla.
La tragedia no solo dejó secuelas físicas, sino también emocionales. Con el temor latente de réplicas sísmicas, muchos optaron por no regresar a sus hogares, sumidos en la incertidumbre y el pesar ante las numerosas tragedias familiares que se desencadenaron.
Imagen 6: Plana del periódico El Universal del 18 de enero de 1920.
Referencia: AGN, El Universal, 18 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
Los desastres naturales, ya sean fenómenos climáticos peligrosos o eventos sísmicos como el terremoto del 3 de enero de 1920 en México, tienen un impacto devastador en el entorno y la vida de las personas. Estos sucesos pueden causar daños materiales, pérdidas humanas y estragos en la naturaleza, dejando una profunda huella en la memoria colectiva.
Imagen 7: Cuerpos encontrados sin vida y colocados sobre el eje central con la intención de que familiares los reconozcan. , en el terremoto de 1985.
Referencia: AGN, Google Arts & Culture, “Cuerpos tendidos en Eje Central”, Hermanos Mayo, 1985. Disponible en https://artsandculture.google.com/asset/cuerpos-tendidos-en-eje-central-hermanos-mayo/IgHeU48rvcRRkw [consultado el 03 de mayo de 2024].
El recuento de los efectos de este desastre histórico, como se registró a través de los relatos de la época y los informes periodísticos, nos brinda una comprensión más amplia de la magnitud de la tragedia. En el caso específico de los pueblos de Córdoba, Veracruz, devastados por una serie de temblores, la desaparición de comunidades enteras como Coatzautlán [sic] y San Juan Coscomatepec es un recordatorio conmovedor de la fragilidad humana frente a la fuerza de la naturaleza. A medida que reflexionamos sobre estas tragedias del pasado, reafirmamos la importancia de la preparación, la prevención y la respuesta efectiva frente a los desastres naturales.
Imagen 8: Cantidad de depósitos que hizo El Universal tras una convocatoria pública mediante el periódico que invitaba a apoyar a damnificados.
Referencia: AGN, El Universal, 11 de enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
En el Archivo General de la Nación, la Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas alberga una vasta cantidad de periódicos que capturan los acontecimientos históricos en tiempo real. Al consultarlos te trasladas a épocas pasadas, como en esta ocasión que, a través de las páginas de los periódicos, podemos conocer los efectos del temblor, así como las anécdotas de asombro, miedo y sentimiento de peligro que se vivió en el sismo del 3 de enero de 1920.
[1] Maribel García Noguera, “Los desastres naturales”, Salus, vol. 14, núm. 2, agosto, 2010, pp.5-6, Universidad de Carabobo, Bárbula Venezuela. Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375939014002 [consultado el 29 de abril de 2024].
[2] Servicio Sismológico Nacional, Instituto de Geofísica, Universidad Nacional Autónoma de México, “Sismos Históricos. Sismo de 1920 en Xalapa, Veracruz”, México, p. 1. Disponible en http://www.ssn.unam.mx/sismicidad/reportes-especiales/1920/SSNMX_rep_his_19200103_xalapa_M64.pdf [consultado el 30 de abril de 2024].
Fuentes consultadas:
AGN, El Universal, enero de 1920, Biblioteca-Hemeroteca Ignacio Cubas.
_____,, Hotel Regis, Terremoto de 1985 Alfredo Hernández, Secuencia de demolición de Hoteles "Continental y Regis", TAH/015, 1985.
______, Google Arts & Culture, “Cuerpos tendidos en Eje Central”, Hermanos Mayo, 1985. Disponible en https://artsandculture.google.com/asset/cuerpos-tendidos-en-eje-central-hermanos-mayo/IgHeU48rvcRRkw [consultado el 03 de mayo de 2024].
García Noguera, Maribel, “Los desastres naturales”, Salus, vol. 14, núm. 2, agosto, 2010, pp. 5-6. Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=375939014002 [consultado el 29 de abril de 2024].
Servicio Sismológico Nacional, Instituto de Geofísica, Universidad Nacional Autónoma de México, “Sismos Históricos. Sismo de 1920 en Xalapa, Veracruz. (M-6.4)” Disponible en http://www.ssn.unam.mx/sismicidad/reportes-especiales/1920/SSNMX_rep_his_19200103_xalapa_M64.pdf [consultado el 30 de abril de 2024].