El denominado movimiento hippie tiene sus orígenes en la década de los sesenta, propiamente es una contracultura que se desarrolló en las ciudades de Berkeley y San Francisco del estado de California, Estados Unidos de América. Las principales características de este movimiento se enmarcaron en la libertad del individuo, el amor colectivo, el pacifismo y el antiautoritarismo.

Acciones como el consumo de sustancias alucinógenas y depresoras como el ácido lisérgico (LSD), los hongos, la marihuana y los opioides, fueron considerados como actos de rebeldía y liberación. Asimismo, la libertad sexual y el poliamor buscaban romper con el paradigma social de las relaciones monógamas y heterosexuales.

El movimiento hippie también propicio la evolución de la música popular, en especial el género rock que comenzó a experimentar nuevos estilos como el rock psicodélico que nació a partir del uso de sustancia como elemento de inspiración artística. Las aglomeraciones que se lograron observar en los festivales de rock, como Verano del amor (1967) y el Festival de música y arte de Woodstock (1969), fueron muestra del gran impacto que tuvo este movimiento dentro de la música de los años 60.  

Una de las posiciones del movimiento hippie que más impacto social tuvo fue su contundente rechazo a la Guerra de Vietnam. Bajo el lema y el símbolo de “Amor y paz” o “Haz el amor, no la guerra”. Bajo estas banderas una gran cantidad de jóvenes se manifestaron y movilizaron contra el discurso y prácticas bélicas sostenidas por Estados Unidos de América contra el comunismo y contra toda actividad social y política considerada cercana, en el contexto de la Guerra Fría.

La vestimenta y aspecto estético también tuvo un trascendental papel dentro de dicho movimiento; pues su rechazo a la estructura normalizada de la sociedad y al trabajo formal fue manifestado a través de un aspecto de largas melenas y vello, tanto en mujeres como en hombres, así como en la marginalidad de sus vestimentas.

Ante tal situación, el movimiento hippie fue visto como una amenaza para el estado norteamericano por su posición antinorteamericana y antimoderna. Esto propició el surgimiento de nuevas políticas prohibicionistas destinada a contrarrestar el avance de la contracultura hippie. Entre ellas estuvo el inicio de una guerra contundente contra los narcóticos considerados la base del mal social de la década de los sesenta.

A pesar de tener sus orígenes en la contracultura estadounidense blanca se logró expandir a otras latitudes, entre ellas México, en donde los viajeros hippies desarrollaban una amplia admiración por las antiguas culturas, el chamanismo y el culto al hongo. No obstante, al igual que nuestro vecino del norte el Estado mexicano consideró el movimiento hippie como una amenaza social, mismo que requería ser vigilado por la estructura de control y vigilancia del régimen autoritario de aquella época.

Gracias a los fondos documentales de la Dirección General de Investigaciones Políticas y de la Sección del Estado Mayor Presidencial del fondo de la Secretaría de la Defensa Nacional, ambos resguardados en el AGN, se pueden conocer el seguimiento que las autoridades hicieron sobre los denominados hippies. Por ejemplo, desde 1969 el gobierno mexicano a través de la Secretaría de la Defensa Nacional había establecido el Plan Canado[1] destinado al combate de los plantíos de siembra y cultivo de cannabis, teniendo entre los principales sospechosos de esta práctica a los grupos hippies identificados por las autoridades mexicanas por ser viciosos, greñudos, practicar yoga y escuchar a los Beatles[2].

Asimismo, en la década de 1970 el Estado mexicano desplegó un plan anti-hippie.[3] Dicho programa estuvo destinado a evitar el ingreso de las caravanas hippies por los puntos fronterizos de la zona norte del país o su peregrinar a la mítica tierra de los hongos alucinógenos, Oaxaca.

A pesar de esta perniciosa vigilancia y control que ejerció las autoridades mexicanas sobre este sector, el movimiento hippie pudo llegar a México en donde algunos jóvenes encontraron una manera de vida y expresión artística y cultural, siendo en su momento, una contracultura que resistió la persecución del Estado mexicano.

[1]Teniente coronel de infantería Macario Castro Villarreal, Para informar a la superioridad sobre presencia de hippies, 1971.  AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/2, exp. 80-1963, f. 2.

[2] General de división Luis R. Casillas Rodriguez, Individuos sospechosos capturados, 18 de junio de 1971.  AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/2, exp. 80-1963, f. 5.

[3] General Brigadier Alonso Aguirre Ramos, Para atención de la superioridad sobre operación anti-hippie, 10 de septiembre de 1970. AGN, Fondo Secretaría de la Defensa Nacional, Sección Estado Mayor, caja 246 / 77618/1, exp. 80-1963, f.