#AGNRecuerda la “Asamblea Nacional Femenil” que abrió camino al sufragio universal femenino

Después de décadas de luchar por obtener sus derechos políticos y con la experiencia de ver disueltas diversas organizaciones femeninas que luchaban por el reconocimiento a la ciudadanía plena de la mujer, en la década de los años cuarenta las mujeres que seguían organizadas recurrieron a la alternativa de concentrarse en conferencias internacionales y crear comitivas afiladas a las esferas políticas en el poder.

A mediados de 1945, la "Alianza Nacional Femenina" dio el primer paso pactando una reunión en la Arena México con el aspirante a la presidencia de la República, Miguel Alemán Valdez, quien en su discurso de modernidad y progreso prometió el derecho al voto municipal como parte de la evolución de los pueblos. Sin embargo, pedía a la mujer asegurar la reproducción de la familia, que no dejaran de ser en el hogar “[…] la madre incomparable, la esposa abnegada y hacendosa, la hermana leal y la hija recatada […].[1]

Ya en el poder, Miguel Alemán cumplió su promesa y el 17 de febrero de 1947, se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 115. Las mujeres comenzaron a participar activamente en la vida política de los municipios, como fueron los casos de las delegadas Aurora Fernández, en Milpa Alta, y Guadalupe Ramírez en Xochimilco.

Los grupos de mujeres comenzaron a hacer intentos de aglutinarse en un solo organismo, ya que se dieron cuenta de que era la manera de obtener más fuerza, estas acciones tomaron fuerza con la creación de la Alianza de Mujeres de México por parte Amalia Castillo Ledón quien en esos momentos era una mujer con un papel prominente a nivel nacional e internacional por su trabajo en pro de las mujeres, y por los esfuerzos de Margarita García Flores, directora de Acción Femenil del Partido Revolucionario Institucional.

Estas dos mujeres fueron quienes emprendieron una gira por el territorio mexicano con el firme propósito de reunir a las representantes de los distintos estados para que vinieran a la capital a expresarle a Adolfo Ruíz Cortines, quien contendía por la presidencia de México, su pretensión de ser reconocidas como ciudadanas plenas y tener derecho al sufragio universal, recabando las firmas de más de 500 mil mujeres para la petición formal de igualdad de derechos.

Fue así como el 6 de abril de 1952 se realizó la “Asamblea Nacional Femenil” en el parque “Deportivo 18 de marzo” con la asistencia de aproximadamente más de 20 mil mujeres y la presencia del candidato a la presidencia Adolfo Ruíz Cortines, quienes presenciaron los discursos en primera instancia de las representantes de los sectores obrero, campesino y popular de los estados de Jalisco, Sonora y San Luis Potosí, para así dar paso a la oratoria del candidato.

Ruiz Cortines prometió iniciar las reformas constitucionales para reconocer la igualdad política a la mujer declarando que: “si el voto nos favorece en los próximos comicios, nos proponemos iniciar ante las Cámaras las reformas legales necesarias para que la mujer disfrute los mismos derechos políticos del hombre”.[2] Sin embargo, persistía el discurso de considerar que tenían derecho a participar en política no por igualdad o un sentido de justicia, sino porque desde su hogar ayudarían a los hombres, resolverían con abnegación, trabajo, fuerza espiritual y moral, problemáticas tales como la educación y la asistencia social.

El primero de diciembre de 1952, Adolfo Ruiz Contienes tomó protesta como presidente de México. En su discurso de toma de posesión anunció que enviaría a las Cámaras una iniciativa de reforma constitucional de los artículos relativos al voto femenino, con la finalidad de incorporar de manera plena y definitiva a la mujer en la vida política nacional. Días después envió la iniciativa al Congreso de reformas a los artículos 34 y 115 de la Constitución. La reforma se publicó en el Diario Oficial del 17 de octubre de 1953, cabe destacar que una ves dictadas las reformas José Iturriaga y Jesús Reyes Heroles harían llegar un memorándum confidencial de al presidente, que muestra los temores que había todavía para dar este paso, por el posible conservadurismo del voto femenino.

Hasta 1953 se reconoció en México los derechos políticos de su población femenina. Después de que la Organización de Naciones Unidas recomendará en 1952 a los países que, como México, iban tras este reconocimiento de derechos políticos de las mujeres, argumentando que no podía haber democracia si más de la mitad de la población no era siquiera ciudadana. Siendo nuestro país de los últimos seis en dar este paso dentro de Latinoamérica[3] (Galeana, La revolución de las mujeres en México, 2014).

Dentro del fondo presidentes, Adolfo Ruiz Contienes del Archivo General de la Nación se resguarda documentación relativa al proceso del derecho al voto de la mujer, así como información contenida dentro los periódicos y ediciones del Diario Oficial de la Federación custodiados en la Hemeroteca “Ignacio Cubas”.