Estos librillos, publicados en la imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, fueron escritos por Constancio S. Suárez e ilustrados por José Guadalupe Posada. Contenían historias de amor imposible, platónico, complicado o correspondido. El texto era sencillo y breve para atrapar a los lectores, quienes para conocer el desenlace de una historia tenían que comprar el siguiente número; una práctica común entre los editores.

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Las cartas nos permiten descubrir la idea dominante del amor de aquellos tiempos, el cual fue producto de la unión de diversas corrientes, entre ellas la tradición cortesana, el idealismo y la corriente artística del Romanticismo, donde prevalecían los sentimientos sobre la razón.

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En sus páginas se muestra una imagen enaltecida del amor, donde la mujer se vuelve parte central de la representación, al considerar que el sentimiento estaba más relacionado con el género femenino que con el masculino. Las flores y las cartas, también formaban parte de la idealización del cortejo amoroso.

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El Archivo General de la Nación (AGN), en el fondo Felipe Teixidor, conserva parte de aquella Colección de cartas amorosas, que se encuentra al alcance de nuestros usuarios.

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