El 22 de octubre de 1920, José Vasconcelos presentó el proyecto de ley para la creación de una Secretaría de Educación Pública a nivel federal, la cual sería el organismo rector de la enseñanza en territorio nacional, gestionando los recursos para su desarrollo; además de que remarcaría la línea de trabajo que el político oriundo de Oaxaca había logrado definir.

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Fiel a la convicción de considerar a la educación como uno de los triunfos y reivindicaciones de la lucha revolucionaria, Vasconcelos comenzó a desarrollar su plan educativo desde que el presidente provisional, Eulalio Gutiérrez, lo integró a su gabinete nombrándolo secretario de Instrucción Pública en 1914.

Posteriormente, durante la presidencia interina de Adolfo de la Huerta, le fue asignada la dirección del Departamento Universitario y de Bellas Artes, que incluía la rectoría de la Universidad Nacional de México. Fungiendo como rector, elaboró un proyecto de ley para lograr la creación de la SEP.

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Sin embargo, apenas iniciada la discusión en la Cámara, se presentaron situaciones adversas que exigieron acciones más precisas por parte de Vasconcelos. Hubo algunos diputados quienes incluso prepararon iniciativas propias acerca de la manera en la cual debía organizarse la nueva Secretaría. El propio José Vasconcelos, lo describe de la siguiente forma:

 “Hubo quién la quería dedicada nada más a la enseñanza rural; quién más pretendía que todo el esfuerzo se dedicase a los indios, mientras otros codiciaban el honor de forjar el nuevo organismo creándole departamentos y secciones a su fantasía. Inmediatamente comencé a fulminar por la prensa y en privado a los entrometidos. Desafiando sus vanidades, insistí en que lo único procedente era aprobar los planes según los cuales estaba funcionando ya, de hecho, un organismo que necesitaba el espaldarazo de la legalidad para perpetuarse”.

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Incluso, declaraba en público estar dispuesto a presentar su dimisión en caso de que no fuera aprobada la iniciativa entregada. Sobre todo, pedía a la Cámara ratificar la iniciativa tal como había sido redactada desde la Universidad. El político oaxaqueño la consideraba una ley “comprensiva y eficaz, y cualquier cambio perjudicaría el trabajo ya iniciado y determinaría trastornos graves”.

En el proceso de aprobación del proyecto de ley, surgió la necesidad de llevar a cabo ejercicios de persuasión incluso individual. A algunos diputados se les llevó a comprobar de primera vista el trabajo realizado por Vasconcelos y su equipo. En los barrios mismos de la ciudad destacaban arquetipos de lo logrado. Por ejemplo, en la colonia La Bolsa, en aquella época la más abandonada y empobrecida, había en funciones una escuela que era un ensayo para redimir al hampa misma.

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A pesar de la carencia de recursos, en esta escuela establecida en un edificio casi en ruinas, se consiguió primeramente una campaña exitosa de saneamiento gracias a la contribución de padres de familia y alumnos, quienes limpiaron de basura y suciedades el terreno aledaño y el interior del inmueble. Se dispusieron para la escuela sanitarios y una peluquería. Y la primera campaña no fue de alfabetización, sino de extracción de piojos, curación de sarna y lavado de ropa de los infantes.

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Asimismo, al determinarse que el hambre era la causa de retrasos mentales y males físicos entre el alumnado, fue otorgado gratuitamente un desayuno a todos los niños. Esta última medida, precedente de los desayunos escolares otorgados por el DIF desde 1929, desató cierta negativa entre algunos legisladores, al considerarla inaudita y antieconómica. Aun con todo, finalmente se aprobó la ley de Educación, y la creación de la SEP pudo lograrse. El decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de octubre de 1921.

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José Vasconcelos mantuvo siempre una filosofía enfocada a fortalecer el espíritu dentro de un marco cultural y nacionalista. Fue artífice de las principales campañas de alfabetización; e impulsó las artes, la lectura, la investigación científica y aun el intercambio cultural con el extranjero, aspectos que dieron forma al modelo educativo prevaleciente en el país a lo largo del siglo XX.

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