José Guadalupe Posada nació en Aguascalientes, el 2 de febrero de 1852. Sus primeros trabajos surgieron en León, Guanajuato, donde fue designado maestro de litografía, en la Escuela de Instrucción Secundaria. Sin embargo, su mayor desarrollo artístico lo alcanzaría al trasladarse a la Ciudad de México, alrededor de 1888.
Consagró su talento a diferentes talleres de impresión, como la imprenta de Antonio Vanegas. Y creó miles de grabados, con personajes sacados de la cultura y la sociedad mexicana, que ilustraban poemas, cuentos, canciones, noticias o cualquier tipo de texto que le fuera solicitado.
Sus litografías se caracterizaron por utilizar caricaturas, las cuales tenían que resultar atractivas desde el primer número para captar la atención del espectador y continuar publicándose. En el caso del periódico, utilizó este género para satirizar los problemas políticos.
A pesar de no ser una persona reconocida en su época, los formatos en donde aparecieron sus grabados, como los panfletos, le facilitaron circular en diversos estratos sociales; y sus representaciones sencillas tuvieron una amplia aceptación por parte de sus lectores, al grado de que las placas que contenían los trabajos del extinto artista, siguieron siendo aprovechadas.
Entre los grabados de Posada que mayor popularidad han alcanzado, se pueden mencionar las calaveras, las cuales fueron inspiradas a partir de la sociedad mexicana, entre ellas la Calavera Garbancera, representación crítica de los vendedores de garbanzos, quienes aparentaban ser ricos e intentaban ocultar sus raíces indígenas. Posteriormente esta imagen sería inmortalizada por Diego Rivera, en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
Diversos investigadores han intentado evaluar su obra. Héctor Olea, en Supervivencia del litógrafo José Guadalupe Posada, consideró un aproximado de 9 mil grabados elaborados en la Ciudad de México; y parte de su legado lo resguarda, actualmente, el Archivo General de la Nación (AGN).
