El distinguido músico potosino Julián Carrillo Trujillo, creador del Sonido 13, falleció hace 52 años a causa de un agotamiento general. Su muerte aconteció a las 6:15 horas en su residencia ubicada en Callejón del Santísimo 25, colonia San Ángel. Al fenecer contaba con 90 años de edad. Y antes de su inhumación, recibió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana.

Al sepelio del artista, originario de Ahualulco, San Luis Potosí, acudieron diversas figuras de las altas esferas políticas y sociales, entre quienes destacaban el ex presidente Adolfo Ruíz Cortines; el ex regente del entonces Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu; el doctor Gabino Fraga; los ingenieros José Hernández Terán y Gilberto Valenzuela; el doctor Manuel J. Sierra; así como el doctor Carlos Romo Caballero.

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La presencia del presidente Díaz Ordaz resultó significativa. Acompañado por su esposa, doña Guadalupe Borja de Díaz Ordaz y por el jefe del Estado Mayor Presidencial, el coronel Luis Gutiérrez Oropeza, se presentó en la capilla ardiente para rendirle homenaje. Ante el féretro del maestro Julián Carrillo, el Presidente de la República realizó una guardia de honor y manifestó sus condolencias a la familia del finado.

La obra de don Julián

La obra clásica del compositor es vastísima: 3 sinfonías, un cuarteto, 2 suites para orquesta, 2 óperas, varios cuartetos atonales, 3 sonatas para violín, 3 sonatas para violonchelo y pequeñas composiciones para piano. Por ello, ha sido considerado una gran figura artística de proyección internacional, uno de los más grandes valores del arte musical y un innovador. La muerte le sorprendió cuando estaba componiendo una misa en cuartos de tono, que quedó inconclusa.

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Su primer maestro fue el señor Flavio Carlos, en San Luis Potosí. De ahí vino a continuar sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música. En los primeros años del siglo XX disfrutó de una beca, para efectuar estudios de composición y dirección de orquesta en la ciudad de Leipzig, Alemania, desde donde se trasladó hacia Bélgica para hacer estudios de violín, que era su instrumento predilecto; ahí triunfó en 1904, en un concurso internacional para violinistas.

Regresó a México para ejercer su profesión. En compañía de su familia marchó en 1914 a Nueva York donde permaneció hasta 1917. En esa urbe organizó la Orquesta Sinfónica América. Al año siguiente regresó a México donde ocupó el puesto de director de la Orquesta Sinfónica Nacional y en 1920 lo nombraron Director del Conservatorio Nacional de Música.

En 1925 viajó otra vez a Nueva York para presentar su nueva música. En 1926, con la Liga de Compositores, presentó un concertino interpretado conforme a su nueva técnica musical. En 1927 Leopoldo Stokowsky dirigió la Sinfónica de Filadelfia e interpretó varias de sus obras.

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Dos años más tarde comenzó a padecer cólicos hepáticos, lo que le obligó a retornar a México donde, al mejorar, se presentó con diversos grupos musicales y escribió varios libros y composiciones. Luego de ello, viajó hacia Europa para presentar su música y sustentar varias conferencias en el Conservatorio de París y en la Sorbona.

Posteriormente, de 1950 a 1963, realizó otros siete viajes a Europa e integró en París un grupo de jóvenes músicos, encabezados por Jean Etienne Marie y Robert Gendre, quienes se encargaron de difundir su obra en el viejo continente.