Las Leyes de Reforma, que constituyen una etapa fundamental en la construcción del Estado mexicano, fueron elevadas a rango constitucional el 25 de septiembre de 1873, durante la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada, bajo cinco principios:

  • El Estado y la Iglesia son independientes entre sí.
  • El matrimonio es un contrato civil.
  • Ninguna institución religiosa puede adquirir bienes raíces ni capitales impuestos sobre éstos.
  • La simple promesa de decir la verdad y de cumplir las obligaciones que se contraen, sustituirá al juramento religioso con sus efectos y penas.
  • Nadie puede ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento

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Al respecto el Diario Oficial del Gobierno Supremo de la República manifestó: “la gran obra de Juárez, de Ocampo, de Lerdo y de tantos otros mexicanos ilustres se ha consumado al fin, después de sangrientas luchas en el campo de batalla y de vehemente contienda en la tribuna y la prensa. Ya forman parte de la ley fundamental de la República las conquistas de la Reforma”.

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El gozo expresado por la prensa liberal fue contestado de manera puntual por el impreso católico La Voz de México, que calificó las declaraciones del Diario como de “entusiasmo lírico”, lanzando, además, amenazas veladas: “muy justo es el júbilo que reclama el Diario; mas dios quiera que sus días-momentos no se prolonguen indefinidamente, para que le den lugar a las discusiones que el colega de palacio no quiere escuchar. Dormir tranquilos; algún día despertaréis”.

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Durante la segunda mitad del siglo XIX, las Leyes de Reforma fueron un tema presente en todos los ámbitos de la vida nacional, que se inició con el Plan de Ayutla, proclamado el 1 marzo de 1854 y reformado en Acapulco el 11 de marzo de aquel año, y desencadenó diversos procesos históricos que cambiaron las estructuras existentes de nuestro país. Por una parte, liquidó la etapa santanista, los remanentes coloniales y el “Estado confesional”; por otra, inauguró una nueva era en la vida nacional: la republicana, liberal y federal. Como señaló Edmundo O'Gorman: “en Ayutla se sembró la semilla de la Reforma fecunda”.

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El resultado inmediato del Plan fue la convocatoria a un Congreso Constituyente con el fin de “constituir a la Nación bajo la forma de República democrática, representativa y popular”. El 5 de febrero de 1857 fue jurada la Constitución. La nueva Carta Magna, con su disposición a abolir los fueros eclesiásticos, motivó el levantamiento de la Iglesia y los conservadores que bajo el Plan de Tacubaya se pronunciaron contra el gobierno. Así inició la Guerra de Reforma (1857-1860).

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En medio de la guerra, el gobierno juarista lanzó un manifiesto a la nación el 7 de julio de 1859. A éste le siguieron las llamadas Leyes de Reforma:

  • Ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos (12 de julio de 1859)
  • Ley de matrimonio civil (23 de julio de 1859)
  • Ley orgánica del registro civil (28 de julio de 1859)
  • Ley sobre libertad de cultos (4 de diciembre de 1860)

El triunfo liberal (1861) duró muy poco, pues ante el conflicto entre México y sus acreedores europeos los conservadores vieron la oportunidad de reactivar el proyecto monárquico para México con un noble europeo, que les permitiera tomar el poder y suprimir las leyes reformistas.

Por esa causa, entre otras, se da la intervención francesa en México (1862) y se establece el Segundo Imperio (1864-1867). No obstante, con la llegada de Maximiliano no se derogaron las Leyes de Reforma, al contrario, el emperador de la casa de Habsburgo las ratificó. El reinado fue efímero, de mayo de 1864 hasta junio de 1867 (mes en que Maximiliano fue ejecutado en el Cerro de las Campanas por el ejército republicano).

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Benito Juárez murió en 1872; le sucedió en el poder Sebastian Lerdo de Tejada quien elevó a rango constitucional las Leyes de Reforma.

A pesar de que las armas liberales se impusieron a las conservadoras, el conflicto no se atenuó pues por medio de la pluma o el púlpito la Iglesia se mostró reacia a abandonar sus perdidos privilegios. El Diario refirió “la iglesia de Loreto y en todas las parroquiales, según nos aseguran, en la mañana de ayer (28/09/1873), el cura que oficiaba, después del evangelio, lanzó los anatemas de la Iglesia contra todas aquellas personas que protestaran la Constitución y Leyes de Reforma (…) estos hechos revelan claramente la tenacidad de un clero obcecado que todavía lanza amenazas ridículas y estériles contra los sostenedores de la Constitución”.

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¡Ven! Visita el Archivo General de la Nación, y consulta el material bibliohemerográfico de la biblioteca Ignacio Cubas, donde puedes conocer cómo retrató la prensa decimonónica el conflicto desatado por las Leyes de Reforma.

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